Diocesana

Feature

por Petra Alexander

La Iglesia medita en múltiples ocasiones el “Sí” de María. Su fiat, un: acepto que siempre nos resulta impresionante, íntimo y misterioso. Lo que el Ángel le pidió de parte de Dios era como para que lo pensara bastantes veces. Ella aceptó generosa, confiada, y con prontitud se puso en camino a ayudar a su prima. María recibió la evidencia de su embarazo como todas las madres lo experimentan: otro corazón late, un ser se mueve dentro de tí, un modo de amar se estrena… Isabel le reporta que su hijo “saltó de gozo” en presencia de vida sagrada que apenas comenzaba a existir en el tiempo.  Dos mujeres embarazadas se saludan en la carne y en el Espíritu. Seguro que María en casa de Isabel pensaría mucho en José su prometido, qué si le dice o, no lo dice; cómo lo tomaría… 

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