El 49º aniversario de Roe v. Wade llega en un momento histórico. El país se encuentra en el precipicio de la posible anulación de Roe v. Wade. Al mismo tiempo, el gobernador y los legisladores estatales han hecho llamados para convertir a California a en un destino “santuario” para las mujeres que buscan abortos dentro y fuera del estado.

Sin embargo, al pedir que se aumente el número de abortos en California se pasa por alto un punto vital que afirma la vida. California ya está en una situación única para responder de forma activa a las necesidades de las mujeres, los niños y las familias. A lo largo de los años, la Conferencia Católica de California ha apoyado los esfuerzos dinámicos del estado para crear programas para nuestras poblaciones más vulnerables, sacando a las familias de la pobreza y afirmando la dignidad inherente de cada persona.

Además, la Iglesia católica es quien más servicios sociales privados presta en California. Atendemos a millones de familias en situación de mayor riesgo a través de nuestras Caridades Católicas y ministerios diocesanos, nuestros hospitales católicos y sistemas de salud, y nuestras escuelas y parroquias católicas.

Con el Papa Francisco, creemos que el aborto ataca el “carácter sagrado de la vida humana,” y que “no es ‘progresista’ tratar de resolver los problemas eliminando una vida humana.” En este momento trascendental, nosotros, los Obispos de las Diócesis de California, nos comprometemos con una visión para nuestro estado que honra a las mujeres con apoyo que afirma la vida y recursos prácticos para que todas las familias puedan prosperar, y para que ninguna mujer se sienta atrapada en la devastadora decisión de acabar con una vida mediante el aborto.

Visualizamos:

1. Una California que proclame la dignidad inherente de cada mujer, hombre y niño, nacido y no nacido, y que promueva el bien común y el florecimiento humano de todas las personas.

2. Una California que priorice el bienestar de las mujeres, los niños y las familias, no solo con recursos materiales, sino también acompañados por la solidaridad.

3. Una California que celebre con todas las madres y padres el tremendo regalo de cada niño y que afirme y capacite a las familias que acogen a niños por nacimiento, adopción o crianza.

Resolvemos:

1. Comprometernos con nuestras hermanas a que nosotros, la comunidad católica de California, estaremos a su lado en el andar del camino de la maternidad.

2. Crear conciencia sobre los abundantes recursos de la red de seguridad que afirman la vida y que están disponibles para las mujeres, los niños y las familias en California a través de agencias religiosas, comunitarias y públicas, incluyendo la alimentación, la vivienda, la atención médica, los servicios de salud mental, la intervención contra la violencia de pareja, la ausencia remunerada del trabajo, el cuidado de los niños, la educación, el empleo y la asistencia económica y material.

3. Unir los refugios, centros y clínicas para pacientes embarazadas de nuestro estado, creando una red estatal accesible para acompañar a las mujeres que enfrentan embarazos difíciles y en los primeros años de la crianza de los hijos.

4. Abogar por políticas familiares transformadoras, que incluyan un mayor acceso a la vivienda asequible, la prioridad de las mujeres embarazadas y madres sin hogar, la ampliación de los permisos laborales remunerados para las familias, la atención digna a las mujeres embarazadas y madres encarceladas, y la agilización de los procesos para las familias que dan acogida y adoptan a bebés y niños.

5. Capacitar a nuestra comunidad católica para acompañar a las mujeres, los niños y las familias más vulnerables de nuestro estado, proclamando la dignidad de toda vida humana mediante la palabra y la acción.

Inspirados por el amor del Dios Trino reflejado en la Sagrada Familia de Jesús, María y José, y animados por el ministerio de Jesús de consolar, proveer, curar y restaurar, nos dedicamos a esta causa.