Esta es Nuestra Fe

Maria G. CovarrubiasEstimados/as catequistas, ustedes han dicho “sí” para ejercer el ministerio de transmitir la fe a otras generaciones. Estamos al comienzo de este nuevo año catequético dispuestos a difundir la historia de la Buena Nueva de Jesucristo. El escenario son nuestras parroquias, y nuestra audiencia son aquellos que nos han sido confiado para iluminar el entendimiento de quién es Dios. A estas alturas la mayoría de nosotros sabemos a quiénes vamos a catequizar, el área sobre la que estaremos catequizando e incluso el lugar donde tendrá lugar nuestra catequesis. Muchos de nosotros estamos volviendo, esto es familiar porque lo hemos hecho antes, pero, muchos catequistas son nuevos y están comenzando su ministerio catequético con cierta ansiedad e incertidumbre. Mi oración por todos ustedes es que sobre todo, están llenos de entusiasmo y pasión por este ministerio al que Dios los ha llamado.  

La catequesis es un ministerio muy antiguo e importante para la Iglesia. Al catequizar, seguimos la misión de los primeros apóstoles de hacer discípulos. Ustedes, catequistas, están emprendiendo un nuevo paso en su camino de fe donde ustedes mismos crecerán en el entendimiento de la fe y serán transformados. A medida que reflexionen sobre las verdades que van a enseñar, algunas de estas verdades también serán un descubrimiento para ustedes, sean pacientes, Dios tiene algo hermoso y que les dará vida para que ustedes desempaquen este año.  

Teresa Rocha¿Le has dado gracias a Dios en este día? El mes de Noviembre nos da la oportunidad de pensar en todo lo que podemos dar gracias especialmente el día 23 de noviembre cuando el país se une para reconocer todas las bendiciones recibidas. Hay muchas razones por las que una persona podría decidir vivir su vida con una actitud de agradecimiento. Esto quiere decir que vive cada momento apreciando la belleza de cada momento que la vida le ofrece. Hemos sido creados para amar a Dios abundantemente con un corazón agradecido.

En el evangelio de Lucas 17:11 diez personas que tenían lepra se encontraron con Jesús y dijeron, “Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros” y cuando fueron sanados de la lepra solo uno regreso y le dio las gracias. Cuando uno se olvida de las bendiciones recibidas todos los días uno puede vivir la vida como los nueve que fueron sanados, pero en lugar de regresar y darle gracias a Jesús ellos siguieron con su vida diaria olvidando de las bendiciones que habían recibido.

Otra razón por la que hay que vivir con corazón agradecido es el ver el milagro de la vida porque cada parte de nuestro cuerpo funciona milagrosamente, y cada día tenemos la oportunidad de dejar que Dios entre en nuestro espacio más íntimo, y así continuamos con los misterios de la vida humana que nadie puede explicar. Definitivamente si vemos la vida como un milagro podríamos transformar las actividades de la vida diaria en oportunidades de agradecimiento y trabajos rutinarios se pudieran convertir en eventos que se disfrutan, y cambiar los eventos rutinarios en bendiciones.  

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