Esta es Nuestra Fe

Por J. Antonio Medina

 El 8 de Diciembre hemos empezado el Año jubilar de la Misericordia que terminará en la Fiesta de Cristo Rey el 20 de noviembre del 2016. El Papa Francisco nos invita todos los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a que mostremos el rostro misericordioso de Dios al mundo, con nuestras actitudes y nuestras acciones. 

 El mundo necesita este mensaje de esperanza, pero sobretodo necesita testigos que vivan la misericordia como forma de vida. 

 Para motivarnos a vivir intensamente este año jubilar, el Papa Francisco, en nombre de la Iglesia, nos da el regalo de la Indulgencia plenaria. El Papa Pablo VI hace algunos años explicó en que consiste la indulgencia plenaria

 “La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos” (Pablo VI, Const. ap.Indulgentiarum doctrina, normas 1).

Por Maria Antonia Amao 


 En la tradición católica, el  Jubileo consiste en que durante 1 año se conceden indulgencias a los fieles que cumplen con ciertas disposiciones eclesiales establecidas por el Vaticano y este puede ser ordinario o extraordinario. La Iglesia Católica  tomó como influencia el jubileo hebreo. El primer año jubilar fue convocado en 1300 por el Papa Bonifacio VIII. Se estableció que los jubileos se conmemoraran cada 25 años, para que cada generación experimente al menos uno en su vida. El rito inicial del Jubileo comienza con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Esta puerta solo se abre durante un Año Santo. La apertura de la puerta significa que se abre un camino extraordinario hacia la salvación. El Papa debe tocar la puerta con un martillo 3 veces mientras dice: “Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domino”-“Abridme las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al Señor”. Cuando se abren, se entona el Te Deum y el Santo Padre atravesará esta puerta junto a sus acompañantes. Este año hemos entrado al Año de la Misericordia.

Maria Antonia Amao es Coordinadora de los Vicariatos de San Bernardino y el Alto Desierto para la Oficina del Ministerio de la Catequesis

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