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Entre las varias preguntas que la pandemia del COVID-19 trajo a la vida de Zoe Apodaca este año estaba -“ ¿seré Confirmada?”

La adolescente de Highland tuvo que esperar este importante hito en su vida de fe, pero finalmente llegó- en un entorno un poco diferente-el 4 de agosto. Ella y otros trece recibieron el Sacramento en el campo deportivo en la Parroquia del Santo Nombre, acompañados por un pequeño grupo de familiares y amigos.

“No pensé que iba a tomar lugar este año,” Zoe admitió. “Pero esto fue muy lindo.  Todo salió bien.”

Alrededor de toda la Diócesis adolescentes (y algunos adultos) están viviendo una nueva experiencia de Misas de Confirmación mientras que las parroquias siguen protocolos de seguridad y distanciamiento social para prevenir la difusión del virus.

“Definitivamente fue extraño, no fue lo que yo esperaba,” dijo Jaden Vasquez-Smith, un parroquiano de San Pablo el Apóstol en Chino Hills.  Él y otros 20 fueron confirmados el 4 de agosto en el patio de la parroquia.  “De todas maneras estaba feliz que pude ser confirmado incluso en estas circunstancias y sólo sentirme más cerca de Dios y tomar ese paso final para poder estar con Él.”

Después del brote de la pandemia del COVID-19 en marzo, las Misas de Confirmación que previamente habían sido programadas a comenzar después de Pascua fueron pospuestas.  El 20 de julio, la Diócesis emitió lineamientos para la celebración de Misas de Confirmación al aire libre, incluyendo la estipulación que no más de 100 personas podrían estar en asistencia, es requerido mantener el distanciamiento social de seis pies, y las mascarillas faciales se utilicen por todos los participantes.

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El límite de 100 personas requerirá que las parroquias celebren muchas más Misas de Confirmación.  En las dos primeras semanas de agosto San Pablo el Apóstol ha programado 13 Misas para Confirmar sus 221 adolescentes y más de 46 adultos.  Como respuesta, el Obispo Gerald Barnes emitió un decreto permitiendo a los párrocos y administradores de las parroquias conferir completamente el Sacramento de Confirmación en los jóvenes por el periodo del 21 de julio al 21 de octubre.  El Obispo Barnes, el Obispo Coadjutor Alberto Rojas y el Obispo Auxiliar Emérito Rutilio del Riego todavía están activos en celebrar las Misas de Confirmación.

En la Misa del 4 de agosto en San Pablo el Apóstol el Obispo Barnes reconoció los tiempos difíciles y les dijo a los Confirmandos que la iglesia los necesita para que tomen un papel activo en el ministerio de la iglesia ahora más que nunca.

“La Confirmación en el año 2020 se destaca aún más que las Confirmaciones de los años pasados, porque necesitamos que los dones del Espíritu Santo se tomen en serio y se usen para sobrevivir este tiempo crítico y hacer el mundo aún mejor, “ dijo el Obispo Barnes.  “Y Dios los está llamando a ustedes a hacerlo.”

La adolescente Khaylee Ennabi de Chino Hills tomó en serio el mensaje alentador del Obispo Barnes.

“Yo creo que era algo que todos necesitabamos oír, que como Católicos estamos aquí y necestimaos apredner a adaptarnos a todo lo que está sucediendo y estar el uno con el otro y amarnos el uno al otro y difundir la paz.”

En la Misa de Confirmación el 4 de agosto en el Santo Nombre de Jesús, el Obispo Rojas hizo eco al mismo llamado al serivicio en su homilía.  La Confirmación no es el final, dijo el Obispo Rojas, sino una transición al ministerio activo en la Iglesia.

“Tienen que mantenerse en comunicación con el Señor Jesús.  Él es su mejor amigo,” dijo el Obispo Rojas.  “El mundo necesita muchas personas como ustedes.  Personas que quieren construir la paz.”

El Obispo Rojas contó la historia de su experiencia personal como adolescente cuando se dio cuenta de que el Señor Jesús lo amaba y murió por él, personalmente.  Fue un momento que profundizó su relación con Dios y comenzó a sembrar las semillas de su vocación, dijo él.  Varios de los Confirmandos dijeron que les conmovió su homilía.

“Me sentí bien que nos hablara directamente a nosotros,” dijo Ryan Cantwell.

Algunos de los adolescentes y sus familiares notaron que las Misas de Confirmación modificadas trajeron sus propias bendiciones.  “Fue algo muy personal tener una Misa más pequeña con un enfoque en cada persona,” dijo Marie Cantwell, madre de Ryan.

Lorenzo, el Padre de Zoe Apodaca, dijo, “De todas maneras fue en un ambiente de Iglesia. Me alegro que pensaron creativamente.”

Este año aproximadamente 5,600 jóvenes y 2,100 adultos fueron programados para recibir el Sacramento de Confirmación en la Diócesis.

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por Petra Alexander

La pandemia de coronavirus atrae y engancha a otras crisis. Ya hemos experimentado la crisis económica, las consecuencias tremendas de desempleo con el cese de numerosas actividades económicas, culturales  y comerciales. Pero una crisis en la Salud Mental es la siguiente bandera roja que ondea en muchos ambientes. Según la Organización Mundial de la Salud, hay tres factores principales: el aislamiento,  la pobreza, y el manejo de la ansiedad/depresión.  La combinación de estos factores provocó insomnio, depresión, nerviosismo,  violencia doméstica, adicciones, abuso sexual y sobre todo la tasa de suicidio. Kaiser Permanente reportó que desde abril se dispararon las llamadas de auxilio en sus líneas de apoyo.

 

Hemos visto que la cuarentena se afronta de muy diversa manera cuando se conserva un trabajo, se goza de cierta solvencia económica, se tiene salud… Aún contando con estos beneficios, el virus generó un estado de ansiedad hacia el contagio,  un sentimiento de fragilidad al saber de conocidos, amigos o familiares que enfermaron e incluso murieron. En el caso de personas que ya tenían otras crisis, que sus estados emocionales o sus relaciones humanas ya estaban afectados, la pandemia fue “llover sobre mojado”.  Si a esto se suma que tenemos poca información acerca de las enfermedades mentales, que mantenemos la negación de “no necesitar ayuda mental, eso es para otros”  el temor al estigma pone doble candado para salir adelante.

 Cuando una persona se recupera de una fractura o de un accidente, los especialistas dan cierto tiempo para recuperar el brazo o miembros afectados. Dicen al paciente con firmeza: tienes 6 meses, para hacer terapia y que los movimientos y habilidades retornen a la normalidad. En términos de salud mental, entrar en depresión o en ansiedad y no atenderse, no significa que el malestar pasará o sanará solo. Sino que la enfermedad avanza a una zona de mayor complejidad. Por eso, se puede quedar atrapados en estados de ansiedad, depresión, neurosis permanentes. Personas que tienen la bendición de un seguro médico deben aprovecharlo y quienes no, nuestros dos condados cuentan con ayudas. La ventanilla de salud del consulado puede ayudarle refiriéndole a algún servicio gratuito cerca de donde Usted vive. Recuerde que en este país, es el enfermo quien debe llamar y solicitar la ayuda, en caso de menores de edad, los padres o tutores.

 

Ayudemos todos en la recuperación de esta crisis, estemos seguros que viene un tiempo difícil porque las economías se levantan poco a poco. Estemos vigilantes al cuidar nuestro propio balance y el de nuestros familiares y amigos. Si estamos mejor que otros, es el tiempo de recordar las palabras de San Pablo: “Los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, sin complacernos a nosotros mismos…” (Rm 15,1) Mientras encontramos la ayuda adecuada, debemos mantener nuestra vida de fe, participar virtualmente de nuestros grupos parroquiales, pequeñas comunidades o grupos de apoyo.  En este tiempo difícil, es importante hacer la llamada  a quienes sabemos están en mal momento, mostrando sincero interés, aumentar nuestras oraciones y sobre todo, compartir de lo que tenemos, seguros de que Dios ama y multiplica la dádiva del que da con alegría (2a Cor 9,8). Romper el silencio y expresar que necesitamos ayuda se vuelve poderosa.

 

Recursos: 

Consulado Mexicano Ventanilla de Salud

Apoyo para Salud Mental por el Departamento de Salud Conductual del Condado de San Bernardino 

 

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