Por Petra Alexander


 La Oficina de Justicia Restaurativa convocó a la Primera Misa para las Familias que tienen seres queridos en prisión el pasado 15 de noviembre en la Parroquia de Santa María en Fontana. Llegaron familias de diversas parroquias, algunos con un hijo/a, un hermano, esposo… El Padre Albert Utzing  SSC dio una bienvenida muy fraternal nos invitó a todos a reflexionar cómo en la iglesia primitiva muchos cristianos estaban prisioneros a causa de su fe. Las familias tenían tristeza, pero también se enorgullecían con aquel testimonio. Orar por los prisioneros, visitarles y mantener con ellos la comunión como  Cuerpo de Cristo fue muy común. Actualmente son diferentes las razones por las que personas van a la cárcel, y sus familias tienen sentimientos complicados: sorpresa, vergüenza, o enojo... Viene la tentación de no querer saber, y muchos les abandonan. Pero esto es más difícil para el prisionero. Si nosotros como familia, olvidamos a nuestros familiares, nadie más se hará cargo. No podemos interpretar su estadía en prisión como una desgracia, sino que debemos pensar en tantos ejemplos de nuestra Historia de Salvación en que Dios se vale de estas situaciones difíciles y después viene algo mejor. Anna Hamilton, directora asociada de la oficina diocesana animó a todos los participantes a formar parte de un grupo de apoyo, y tuvimos varios testimonios de personas que se han sentido muy ayudadas al encontrarse con otras familias en la fe con las que pueden compartir. Para más información sobre un grupo de apoyo puede llamar al (909) 475 5474 para recibir información. Esperamos que la atención a las familias con seres queridos en prisión siga ayudando a restaurar personas y relaciones.

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