He oído más de una vez, y de muchas diferentes voces, que será bueno poner el 2020 en el espejo retrovisor

 Efectivamente, sería poco decir que este ha sido un año difícil. Sin precedentes, incierto y, para las casi 300,000 personas (al momento que escribo esto) en nuestro país que han muerto de COVID-19 y sus seres queridos, ha sido un año trágico. Yo continúo orando por el descanso en paz de nuestros hermanos y hermanas. Como personas de fe, llevamos en solidaridad el dolor de estos muertos, que siguen creciendo cada día.

 Reconocemos otras adversidades causadas por la pandemia en 2020-pérdida de trabajos, dificultades para cumplir las obligaciones financieras, retos para las familias con respecto al aprendizaje a distancia, el aislamiento social para nuestros jóvenes, el no tener nuestras reuniones con nuestras familias extendidas y nuestros amigos.

 En nuestra sociedad, el 2020 nos trajo una elección general acrimoniosa, actos dolorosos de racismo y manifestaciones espantosas de nuestro clima cambiante.

 Por lo tanto, al prepararnos para darle la bienvenida a un año nuevo, sí, quizás digamos que nos alegra darle vuelta a la página del calendario al 2021. Y en nuestro próximo respiro quizás digamos las palabras famosas de Alexander Pope, “la esperanza brota eternamente.”

 El amanecer de un año nuevo siempre es una ocasión para abrazar la esperanza. Fijamos metas, hacemos resoluciones, y nos comprometemos de nuevo a nuestra fe. Volvemos a encender la esperanza en nuestros corazones con una mirada hacia el futuro. Siempre Adelante.

 Sera más importante que nunca que nosotros llevemos esa esperanza al 2021. Dios permanece a nuestro lado. Él ha caminado con nosotros en este tiempo de dificultad y Él nos guiará a la sanación y la recuperación si continuamos confiando en Él.

 Los primeros meses del 2021 probablemente nos den causa tanto para tener esperanza y preocupación. Estamos viviendo un tiempo de un aumento significativo del coronavirus en muchas de nuestras comunidades dado el clima de invierno y el aumento de interacciones sociales fuera de la casa que han estado relacionadas a las celebraciones de este tiempo festivo. Estas cifras crecientes nos dan miedo, y nos han llevado a más restricciones a nivel estatal y local en un esfuerzo por contener el contagio del virus. Esta es una causa de enojo y frustración para algunos. Mientras que es importante para nosotros examinar las órdenes del estado y el condado y hacer preguntas y expresar preocupaciones que podemos tener, yo creo que los oficiales públicos están actuando desde un esfuerzo genuino por proteger a las personas del peligro. Es por eso que nuestra Diócesis ha gozado de una relación cooperativa y de apoyo mutuo con tanto los condados de Riverside y San Bernardino al responder a los retos de la pandemia. Oremos para que nuestros líderes del gobierno tomen decisiones justas que honran la vida y la salud.

 El principio del 2021 trae esperanza en la distribución de la vacuna del COVID-19. Damos gracias por el trabajo de aquellos que han desarrollado las vacunas e, igual de importante, oramos que estas medicinas que salvan vidas serán distribuidas justa y eficientemente. Mis hermanos Obispos de California y yo hemos dicho que las vacunas de Pfizer y Moderna son moralmente aceptables y que los fieles católicos deberían de hacer todo esfuerzo por recibir la vacuna. Nuestra Diócesis estará trabajando con los oficiales de salud de los condados de San Bernardino y Riverside para hacer disponible la vacuna en nuestras instalaciones católicas.

 En mis años como su Obispo, he hecho el punto de enfatizar que somos un pueblo de esperanza. Es central a nuestra perspectiva como una comunidad de fe. Deberíamos de encender esa esperanza y hacer todo con la fuerza que Dios nos da de difundir esa esperanza. Es parte de nuestra Visión Diocesana, … “para que las vidas de las personas sean llenadas de ESPERANZA.”

 La esperanza no siempre es fácil. Y estamos atravesando tal tiempo. Estoy agradecido con Dios por la fortaleza que les ha dado, las personas de nuestra Diócesis, a través de los últimos 12 meses. Han sido fieles, han sido creativos y han mantenido su esperanza.

 Por favor estén asegurados de mis oraciones por ustedes, por nuestra iglesia local y por todos los hermanos y hermanas en nuestras comunidades en el año de nuestro Señor 2021. ¿Cuál es nuestra resolución para el año nuevo?

¡Mantener viva la esperanza!