Por Elena Macias
“1875” dijo alguien de la Sociedad del Verbo Divino, “1961” dijo otra persona de las Hijas de María Madre de Misericordia, “1607,” dijo la Hermana Leticia Salazar, Canciller de la Diócesis de San Bernardino, de las Hermanas de la Compañía de María hablando sobre los años en que fueron fundadas las órdenes religiosas durante la Reunión Anual de los Consagrados el 2 de febrero en el Centro Pastoral Diocesano.
“Este hermoso grupo, que ha caminado unido por muchos años, reconoce que Dios siempre está trabajando para que demos fruto. Demos gracias por los primeros Hermanos y Hermanas que fundaron nuestra orden,” dijo la Hermana Leticia.
El encuentro anual para Todos en la Vida Consagrada comenzó con una presentación por la Hermana Leticia sobre los religiosos y religiosas en el Camino Sinodal. La presentación reconoció que los hombres y mujeres religiosos llevan años caminando juntos guiados por el Espíritu Santo y la importancia de que continúen caminando juntos a través del Sínodo de la Sinodalidad. La Hermana Leticia compartió su experiencia de participar en la Asamblea General del Sínodo de los Obispos en octubre de 2023 para guiar su presentación.
“En una carta apostólica escrita por el Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios hay una sección que para mí es muy poderosa, ‘la iglesia necesita dejarse interpelar por la voz profética de la vida consagrada, centinela vigilante de las llamadas del Espíritu. “Participamos 118 consagrados hermanos y hermanas [en el sínodo], 28 religiosas, 2 religiosos y 88 cardenales, incluyendo el Papa Francisco. El instituto de los consagrados nos da un modelo y una voz profética de caminar juntos, aun en tiempos difíciles.”
Después de escuchar la presentación de la Hermana Leticia, los religiosos se reunieron en la capilla para la Misa celebrada por el Obispo Alberto Rojas. El lema de la Misa Diocesana de la Vida Consagrada de este año fue: “¡Deja brillar tu luz!” se expresó de diferentes maneras a través de la celebración de la Misa.
“Hoy es un día muy especial con ustedes que son consagrados,” dijo el Obispo Rojas. “Es maravilloso celebrar esto porque como todos sabemos la vida consagrada no siempre es fácil.”
El Evangelio que se leyó fue de Lucas 2:22-32 con motivo de la Fiesta de la Presentación del Señor, que también se celebró por toda la iglesia el 2 de febrero. Durante su homilía, el Obispo Rojas recordó la historia de ser presentado en el templo por su madre y expresó su gratitud por sus hermanos y hermanas consagrados en la Diócesis.
“Estoy muy agradecido por ustedes hermanas y hermanos por su generosidad, por estar dispuestos a dar sus vidas en servicio a Cristo y su Iglesia. Es hermoso ver que personas como ustedes cooperan en la misión que Jesús llama la salvación de las almas. “Felicidades a todos ustedes por su vida consagrada, ustedes son una bendición hermosa para la iglesia y para todos nosotros,” dijo el Obispo Rojas.
Después de la Homilía, todos los consagrados recibieron una vela blanca, que luego fue encendida para simbolizar que dejaran que siga brillando su luz en sus vidas y sus ministerios. Después de encender las velas, cada comunidad religiosa compartió una breve descripción del origen y el carisma de su comunidad.
Luego, levantaron sus velas encendidas, y el Obispo Rojas invitó a los religiosos a renovar sus votos. Juntos dijeron, “Prometo de nuevo servir a la iglesia en nuestra Diócesis de San Bernardino. Concédeme la gracia de vivir estos votos fielmente por medio de la intercesión de Nuestra Señora, y el apoyo de mi comunidad y las personas quienes sirvo.”
Antes de que se terminara la Misa, la comunidad reconoció a la Hermana Theresa Ann Trang Nguyen, miembro de la congregación de las Amantes de la Sagrada Cruz (LHC por sus siglas en inglés), por su 25 aniversario jubilar. La Hermana Nguyen nació en Vietnam a una familia con una devoción especial a la Santísima Virgen María.
En sus 25 años de vida consagrada, la Hermana Nguyen ha sido la directora de la Formación en la Fe parroquial en la Parroquia de la Catedral de Cristo y dos otras parroquias en la Diócesis de Orange y actualmente es la directora de Formación en la Fe parroquial en la Iglesia de San Jorge en Ontario.
“Le doy gracias a Dios por todo y le sigo pidiendo a Dios que me llame, bendiga y envíe al viñedo de Dios,” dijo la Hermana Nguyen. “Cuando reflexiono en el pasado, veo que Dios ha llenado mi vida de muchos milagros y bendiciones. No puedo contarlos todos. Si se me volviera a dar otra oportunidad en la vida, volvería a escoger la vida religiosa. “En Dios confío, nada temeré,”(Salmo 56:5)
El Obispo Rojas le presentó a la Hermana Nguyen un certificado especial de reconocimiento y una vela blanca decorada para simbolizar que dejara brillar su luz en su vida y servicio como consagrada. Después de la Misa, los consagrados se reunieron para una foto con el Obispo Rojas y después disfrutaron de un almuerzo compartido.
Elena Macias es la editora gerente de Inland Catholic BYTE y El Compás Católico.