Por Petra Alexander
Nuestra fe cristiana ofrece una rica visión para comprender las relaciones de los seres humanos con el medio ambiente, con la tierra y los que la trabajan.
En la vida agrícola se enlazan las tradiciones y las culturas donde todavía se experimenta el Plan de Dios, porque al seguir los procesos de los productos del campo, se acompaña el milagro de la vida con gratitud y alabanza. El que trabaja en la agricultura, se acerca al acto creador de Dios y por eso la Iglesia afirma que el campo es un lugar privilegiado de relación con Dios. Nuestro catecismo afirma: “Dios nos ha dado a las criaturas la existencia, y también les permite colaborar en su obra…” (CIC 306)
Nuestra fe también nos advierte que, la productividad de la tierra lleva la marca del egoísmo y el pecado, el trabajo del campo con frecuencia está ensombrecido por la injusticia y el dolor. Por eso nuestra Iglesia ve unidas las tareas evangelizadoras con proyectos y esfuerzos de promoción humana.
Nuestra Diócesis tiene durante años una colaboración a través del programa EMPLEO. Filiberto Quintero, responsable del alcance comunitario en el departamento del Trabajo nos dice: EMPLEO es un programa con un número de teléfono gratuito 1-(877-55AYUDA (877-552-9832) disponible para que los trabajadores agrícolas se comuniquen con agencias locales, estatales, federales y consulados, para cualquier asistencia relacionada con el lugar de trabajo que puedan necesitar. Los representantes están disponibles para ayudar a los trabajadores agrícolas de forma gratuita, independientemente de su estado migratorio.
También Rafael Valles, director de Distrito para el Sur de California afirma: La División de Horas y Salarios está lista para ayudar a los trabajadores agrícolas con cualquier pregunta relacionada con los salarios que puedan tener sobre las horas trabajadas y los derechos laborales. Para promover el cumplimiento en la industria agrícola educando a los empleadores sobre las responsabilidades de salarios y horas de los trabajadores agrícolas.
A nivel Pastoral, nuestra Diócesis cuenta con el valioso apoyo de los Misioneros de la Santísima Trinidad, que atienden las parroquias de Nuestra Señora de la Soledad en Coachella y Nuestra Señora de Guadalupe en Mecca, algunos diáconos permanente y las Hermanas Misioneras Guadalupanas, las cuales se mueven por los distintos campos de cultivo y, una pastoral de acompañamiento llevan la Buena Nueva a los campesinos.