IZQUIERDA: El Vicario General Monseñor Gerard López habla en una Misa Memorial el 5 de enero para el Papa Benedicto XVI. DERECHA: En la Misa, el abogado de la Diócesis Bill Lemann compartió una historia de cómo pudo intercambiar zuchettos con el Papa Benedicto XVI en una audiencia semanal en el 2006. El zuchetto ahora es propiedad de la Diócesis (visible en frente del Monseñor López en la foto a la izquierda).
El Centro Pastoral Diocesano se reunió el 5 de enero para una Misa Memorial especial para el Papa Benedicto XVI.
“Hoy queremos reconocer que para Benedicto XVI no había nadie más, ni nada más, que Jesucristo,” dijo el Vicario General Monseñor Gerardo López, quien fue el celebrante principal de la Misa, durante la homilía
Existe una bella canción que dice, ‘O Dios, tú eres el centro de mi vida,’ y esto fue la suma de toda la teología del Papa Benedicto, que Jesucristo era lo único que le importaba, y todo lo que hizo como sacerdote, como obispo, y como papa, estaba enfocado en el misterio y la revelación del Señor,” añadió él.
El Monseñor Lopez recordó el papel importante que el Papa Benedicto XVI tuvo en nuestra Diócesis, ya que él nombró como obispos tanto el Obispo Auxiliar Emérito Rutilio del Riego en 2005 y el Obispo Alberto Rojas en 2011.
Después de la Misa, Bill Lemann, el abogado de la Diócesis, contó la historia de su encuentro con el Papa Benedicto en el 2006. Existe una tradición que ocasionalmente el papa intercambia su zucchetto (la gorra blanca que usan los papas) cuando se les presenta otro. Lemann había comprado un zucchetto en Roma, por si acaso, y asistió a una de las audiencias semanales del papa en la Plaza de San Pedro, a las cuales asisten miles de personas.
En contra de las probabilidades Bill Lemann pudo intercambiar un zucchetto con el papa. “De vez en cuando uno tiene suerte, y yo tuve suerte en este viaje a Roma,” dijo él.
“Me gustaría decir que el papa me vio y estuvo cautivado y quería darme la mano y conocerme,” bromeó Lemann, “pero la verdad del asunto fue que había una señora con un bebé frente a mí, y los papas y los bebés van juntos, ¿verdad? Así es que el bebé fue mi conexión con el papa. Fue por la gracia de Dios y el Espíritu Santo que estaba ahí y conocía la tradición.”
Lemann le regaló el zucchetto a la Diócesis como un recuerdo de esta conexión entre el papa y un miembro de nuestra Diócesis.