Después de dos años de la pandemia, la Diócesis ha anunciado que las parroquias pueden regresar a operar completamente de manera como antes de COVID. La única excepción es que en este momento la Santa Comunión no se ofrecerá de la copa. La desinfección y el distanciamiento social de tres pies sigue siendo recomendable (no requerido) hasta marzo de 2023.
“Le damos gracias a Nuestro Señor por la mejora notable en la situación del virus del COVID en nuestro estado y nuestros condados,” dijo el Vicario General el Monseñor Gerardo López el 7 de septiembre en un memorándum a los sacerdotes y al personal parroquial.
“De parte del Obispo Rojas, gracias por su servicio generoso y fiel a sus comunidades y familias durante la pandemia del COVID. Ofrecemos nuestras oraciones por la sanación de los que están enfermos y la cooperación continua con nuestras agencias de salud locales para fortalecer la salud en general de nuestras comunidades a través de la educación sobre la salud, la vacunación y la promoción del bienestar,” añadió él.
De igual manera, el Centro Pastoral Diocesano hizo una revisión final a sus protocolos de COVID, levantando la mayoría de las restricciones previas como utilizar mascarilla facial y reunirse en grupos grandes. Los empleados que contraen el COVID deben seguir notificando a su supervisor y no regresar al trabajo hasta que obtengan un resultado negativo o tengan un permiso de regresar a trabajar de su doctor.
La política actualizada estará en efecto hasta el 30 de marzo de 2023, que se anticipa como la fecha oficial designada como el final de la pandemia/endemia.