Por Petra Alexander

Este verano se cumplieron 10 años del programa DACA. Quienes hemos seguido el proceso de los inmigrantes en los Estados Unidos, recordamos los tiempos de abogacía para que se permitiera a los niños o adolescentes, que fueron traídos por sus padres muy pequeños, comenzar un camino hacia la ciudadanía. Como se trataba de un sueño, nosotros llamábamos a la iniciativa “Los Soñadores”, pero para su formulación legal se le llamó: Ley de Desarrollo, Alivio y Educación para Menores Extranjeros (DREAM). Esta iniciativa fue rechazada como camino de un estatus legal por el congreso. Entonces, el presidente Obama, firmó DACA como una orden ejecutiva que permitía a los jóvenes evitar la deportación y obtener permisos de trabajo por 2 años. El buen comportamiento de los recipientes determinaría la renovación. Los requisitos eran ser menor de 31 años, haber llegado a los Estados unidos menor a los 16 años y haber vivido desde el 2007.

Esta orden ejecutiva estuvo amenazada por la siguiente administración, y se anunció que se eliminaría gradualmente. DACA ha estado en las cortes varias veces y sufrió algunas restricciones hasta que en el 2021 el presidente Biden la reestableció formalmente. Se calcula que unos 800 mil jóvenes se han beneficiado con DACA, los primeros aplicantes ya están involucrados en la vida productiva de este país. Hablando con líderes de la comunidad local, quienes han estado ayudando a diversos jóvenes con sus solicitudes nos expresan:

De alguna manera DACA ha logrado que una generación de jóvenes inmigrantes tenga acceso a la movilidad social y a la seguridad jurídica, les ha otorgado un documento válido para trabajar en el país. Esto a su vez ha permitido que tales jóvenes contribuyan en este país. Aun cuando no es una solución permanente, la medida arroja resultados positivos.
– Emilio Amaya Servicios Comunitarios San Bernardino

DACA le ha dado a los jóvenes la oportunidad de estudiar una carrera, de tener mejores trabajos, de construir un crédito, de comprar una casa…Muchos jóvenes han podido viajar a sus países de origen, reencontrarse con su familia, identificar sus raíces y esto ha sido muy positivo. Todavía nos falta mucho para que ese alivio deje de ser temporal y se vuelva permanente. Los jóvenes que han demostrado ese buen comportamiento aprovechando la Acción Diferida para bien de sus propios dones y de su comunidad, merecen abrir camino de ciudadanía para sus padres que fueron el origen de sus valores. Nos falta seguir esta lucha. La vida socioeconómica se enriquece con la producción profesional de estos jóvenes.
– Mireya Suárez Organizadora Comunitaria CHIRLA

Los jóvenes que han logrado aplicar para DACA han encontrado una puerta abierta para salir de las sombras. Se han esforzado mucho para lograr sus metas. Tener un estatus ha elevado la autoestima de los jóvenes y la esperanza de las familias inmigrantes.
– Diana Gámez, Maestra en East Valley Redlands High School

Petra Alexander es la Directora de la Oficina de Asuntos Hispanos de la Diócesis de San Bernardino.