Dos años después del comienzo de la pandemia, la Diócesis ha levantado varias de las restricciones de COVID para sus parroquias, escuelas y el Centro Pastoral Diocesano (DPC).

En marzo, las escuelas y el DPC levantaron el requisito de usar cubrebocas. En las cartas a los empleados y a los padres de niños en las escuelas católicas anunciaron este cambio, se enfatizó que los individuos pueden seguir utilizando un cubrebocas si desean.

“Por favor sean respetuosos los unos a los otros en cuanto a la decisión de usar o no usar un cubrebocas. Animamos a aquellos empleados que puedan ser inmunocomprometidos o comparten un hogar con individuos que corren ‘alto-riesgo’ que sigan utilizando un cubrebocas, de acuerdo con lo que dicte su propio juicio,” dijo la Directora Principal de Recursos Humanos Virginia Turner en un correo a los empleados el 8 de marzo.

Además, el Centro Pastoral Diocesano volvió a abrir al público el 4 de abril. Algunas limitaciones como el revisar las temperaturas de las personas y limitaciones sobre los tamaños de los grupos siguen en vigor. “La seguridad sigue siendo de suma importancia aquí en el Centro Pastoral Diocesano. Las áreas comunes y superficies que se tocan con frecuencia seguirán siendo limpiadas diariamente,” añadió Turner.

Todavía más notable, el Obispo Rojas anunció el 18 de marzo las noticias sobre la reapertura completa de las parroquias, que comenzó el 1 de abril.

“Por dos años, hemos caminado en comunidad para enfrentar las dificultades de esta pandemia sin precedentes…Tengo el gusto de compartir que, a partir del 1 de abril 2022, todas las parroquias pueden volver a operar de manera previa a COVID y reabrir el culto, las liturgias, los ministerios y las oficinas parroquiales sin restricciones de cupo o duración ni mandatos de cubrebocas, desinfección o distancia,” escribió el Obispo Rojas en su carta.

La carta también añadió que los párrocos pueden continuar con ciertos protocolos de COVID si sienten la necesidad de hacerlo. El Obispo Rojas también animó a las parroquias a seguir siendo prudentes después de la reapertura completa al monitorear los límites de cupo normales (no relacionados al COVID), desinfectar regularmente las áreas que se tocan con frecuencia, colocar desinfectante para las manos en áreas de uso público y recordar al personal y a los voluntarios de  abstenerse del trabajo del ministerio si ellos o algún miembro de su hogar tiene síntomas de enfermedad.

“Que Nuestro Señor los bendiga en estos momentos de optimismo por la plena reapertura. Les agradezco la fe y paciencia que han tenido en estos dos años y les reitero mis oraciones por su salud y bienestar,” dijo el Obispo Rojas.

La oficina de Operaciones Colaborativas de Emergencia de la Diócesis sigue trabajando con el condado para organizar centros de pruebas y vacunación en las parroquias. Adicionalmente, la Diócesis va a emitir otro Anuncio de Servicio Público en el que el Obispo Rojas anima a las familias a que se vacunen. El Anuncio de Servicio Público se transmitirá en los meses de abril y mayo.

“Las vacunas son seguras, moralmente aceptables y esenciales para mantener saludables a nuestras comunidades. Todos estamos de acuerdo de que nuestras familias son muy valiosas. Y también son muy valiosas para Dios. Hagamos todo lo posible por protegerlas,” dice el Obispo Rojas en la mensaje.