seminarians

Uno llegó directo de high school.

Otro dejó una carrera consolidada en aerodinámica.

Uno está haciendo un segundo intento en la formación para el sacerdocio.

Otro trae consigo abundante experiencia en pastoral juvenil a nivel parroquial.

La jornada en la vida del seminario comenzó hace un mes para Luís Ángeles, Antony Assaf, Martín Pantoja y Thomas Davis cuando llegaron a St. Junipero Serra House of Formation.


    “El grupo es una mezcla”, observó el Padre Jorge García, Rector de Serra House. “Traen muchos dones.”

Cada uno de ellos admite que dejar atrás la vida que conocían por una atmósfera más comunitaria y a la vez contemplativa fue inicialmente un ajuste difícil.

“Fui completamente arrancado de raíz de la vida a la que estaba acostumbrado y la primera semana fue difícil”, dice Davis. “Dios me está dando la fortaleza para hacer esto y cada día que pasa me siento mejor”. El Padre García dijo que sentirse como pez fuera del agua es normal y hasta saludable para los seminaristas en sus primeras semanas en Serra House.

     “Quiero que sientan congoja por la vida que dejaron atrás para que puedan emprender este nuevo camino”, dice.

     “Sentí una gran nostalgia”, admite Ángeles quien se graduó de high school en junio.

El joven de 18 años, originario de Hesperia y que viene de la Parroquia Sagrada Familia, dice que su llamado a la vocación del sacerdocio tiene sus raíces en su familia y la manera en que acogieron la fe católica durante momentos difíciles en su niñez. “Ellos tenían tanta fe en mí. Me llevaron a retiros de vocaciones”.

Assaf, de 36 años, creció en el Líbano, fue educado en la fe católica y asistió a una escuela parroquial. En los primeros años de su vida adulta obtuvo un título universitario, consolidó una exitosa carrera en aerodinámica y compró una casa, “todas las pequeñas cosas que hace la gente”, dice. Pero se había alejado de su fe. Luego llegó su cumpleaños número 33, y el inicio del llamado de Dios al sacerdocio.

“Pensé, Jesús murió a los 33 años y cambió el mundo. ¿Qué estoy haciendo para cambiar?

Después de lo que él llama una profunda experiencia religiosa, Assaf se metió de lleno en varios ministerios en su parroquia, El Santo Nombre de Jesús en Redlands. Él dijo ‘sí’ al llamado de Dios, dice. Una vez que ató cabos sueltos en su carrera y en su familia, estaba listo para ingresar a Serra House.

Para Pantoja de 26 años, la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro en 2013 fue una experiencia poderosa que lo hizo creer que quería ser sacerdote. Específicamente, ocurrió durante un momento de Adoración en la Playa de Copacabana.

  “Todo quedó en silencio. No tenía a donde más ir”, recuerda. “Eso realmente me transformó. Me sentí llamado a ayudar a los jóvenes a acercarse más a Dios”.

Con eso en mente, Pantoja inició su formación para el sacerdocio con la Orden Salesiana, conocida por su carisma en pastoral juvenil. Después de dos años, y demasiados cambios en sus formadores, dejó la orden con decepción. Continuó en pastoral juvenil en su parroquia, Santos Inocentes en Victorville. “Los chicos me dieron esperanza para regresar”, dijo Pantoja sobre su decisión de solicitar ingreso a Serra House. Davis, de 23 años, pensó que había respondido a su llamado vocacional como laico en pastoral juvenil en la Parroquia San Cristóbal en Moreno Valley. Luego, durante una Misa de Víspera de Navidad, mientras servía como Ministro de la Sagrada Eucaristía por primera vez, sintió algo diferente.

“Cuando subí a ese altar y el sacerdote dijo, ‘este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’, en ese momento supe que algo encajaba”, recuerda Davis. “Dios me estaba llamando a algo más”.

El camino al sacerdocio para estos cuatro nuevos seminaristas tomará la mayor parte de una década. Pasarán sus primeros años en Serra House, enfocándose en la oración, el discernimiento y cumpliendo requisitos académicos antes de ir al seminario en Camarillo o San Antonio.

“No pienso en eso”, dice Assaf del número significativo de años de formación que le esperan. “Si esta es la voluntad de Dios, no me importa cuánto tiempo tome”.

Con la generación de este año, ahora hay 14 seminaristas en formación en Serra House y 35 seminaristas diocesanos en total.

  


Por John Andrews, Editor