SAN BERNARDINO—El Obispo Barnes da inicio al Jubileo de la Misericordia con una Misa en la Catedral de Nuestra Señora del Rosario
Exhortando a los fieles de la diócesis a renovar su compromiso tanto a recibir como a mostrar la misericordia de Dios, el Obispo Barnes dio inicio al Año de la Misericordia en la Diócesis con una Misa de apertura el 8 de diciembre, la Fiesta de la Inmaculada Concepción.
Católicos de todas partes de la Diócesis llenaron hasta su capacidad la Catedral de Nuestra Señora del Rosario en San Bernardino para la especial liturgia diocesana, la cual tuvo lugar el mismo día en que el Papa Francisco dio inicio al Jubileo con una Misa en la Basílica de San Pedro en Roma.
La Misa de las 6 de la tarde comenzó con una procesión con velas encendidas del salón parroquial al costado de la Catedral donde se ubicó la Puerta Santa, la cual había sido sellada en una ceremonia el 31 de octubre. Los fieles llenaron el patio de la iglesia mientras el Obispo Barnes se mantuvo de pie frente a la Puerta Santa.
“Este es el umbral del Señor”, proclamó. Entremos y recibamos misericordia y perdón”.
El Obispo Barnes abrió luego la Puerta Santa y entró por ella llevando en alto el Evangeliario. Los asistentes entraron a la iglesia por la Puerta Santa y se abrieron también otras puertas como entradas. La Misa procedió en un formato bilingüe, inglés y español.
En su homilía, el Obispo Barnes hizo referencia al trágico ataque que ocurrió en el Inland Regional Center en San Bernardino sólo seis días antes.
“Estos días pasados han sido difíciles”, dijo el Obispo. “Podrían tal vez tomarse como una llamada de atención para reconectar con nuestro Dios”.
El Obispo enmarcó luego su charla sobre la interrogante de por qué el Papa Francisco ha llamado a la Iglesia a enfocarse en la misericordia este año. “¿Por qué ahora?” El Obispo ofreció muchas reflexiones desafiantes sobre esta interrogante:
“Tal vez porque ustedes y yo, sacerdotes y laicos, hermanas y diáconos, hemos olvidado la misericordia de Dios, el amor de Dios por todos nosotros – aun aquellos que consideramos repugnantes, indignos, que estamos listos para menospreciarlos y desecharlos – Dios los ama”.
“Hemos olvidado tal vez lo que significa realmente ser amado a pesar de todo, y ser amado por Dios que está siempre listo para perdonar”.
El Obispo Barnes concluyó su homilía pidiendo a la congragación que tomaran unos momentos para llenar una tarjeta que planteaba tres preguntas:
¿Cómo puedo yo ser un instrumento para ofrecer la Misericordia de Dios?
¿Qué hecho en concreto puedo yo hacer para fomentar la Misericordia que viene de Dios durante este Jubileo?
Cuál es la Misericordia de Dios que más necesito?
La dimensión mariana del día se destacó al final de la Misa cuando se cantó el himno en latín “O Sanctissima” mientras los alumnos de la escuela católica caminaban en procesión hacia la estatua de la Virgen María en el Santuario de la iglesia y le presentaban rosas.
A pesar del ambiente sombrío en la región por los sucesos de la semana anterior, la Hna. Jeremy Gallet, SP, quien coordinó la Misa, dijo que sintió el entusiasmo de la gente por el inicio del Jubileo.
“La gente parecía estar realmente animada”, dijo la Hna. Gallet, Directora de la Oficina del Culto Divino en la Diócesis. Se quedaron con sus velas. Pienso que todos querían un recuerdo para llevar a casa”.