Padre Luis Guido presenta una de los módulos durante el Desarollo de Competencias Interculturales para Ministerios en español.SAN BERNARDINO—La Diócesis de San Bernardino ofreció su programa de Desarrollo de Competencias Interculturales para Ministros, (Building Intercultural Competencies for Ministers [BICM], su nombre y sigla en inglés], por primera vez en español el mes pasado en una reunión de parroquias del Vicariato del Bajo desierto. 

BICM es una capacitación de cinco módulos creada por el Secretariado Cultural de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) que ha sido puesta a prueba en la diócesis desde 2011. Está elaborada para ayudar a sacerdotes, religiosos y religiosas y ministros laicos a entender mejor las diferentes perspectivas culturales existentes y cómo podrían acogerse e incluirse en la vida y liderazgo de una parroquia. 

El primer módulo proporciona el fundamento teológico católico para la capacitación, el segundo aborda la definición de cultura, el tercero cubre la comunicación entre personas con diferentes perspectivas culturales en ambientes ministeriales, el cuarto aborda el prejuicio y el racismo y el quinto ofrece un modelo para crear parroquias culturalmente integradas. 

Al ofrecer la capacitación a líderes y empleados parroquiales en los vicariatos de la diócesis, la necesidad de ponerla a disposición de los de habla hispana se ha hecho aparente. Las sesiones pasadas han utilizado equipo de traducción simultánea pero, con un número considerable de parroquias en el Vicariato del Bajo Desierto que usan el español como idioma principal, se tomó la decisión de ofrecer la capacitación en ambos idiomas en diferentes salones de la Parroquia Sagrado Corazón en Palm Desert. Las sesiones de capacitación se ofrecieron sucesivamente los lunes 13, 20 y 27 de abril. 

Aunque algunos participantes en el programa BICM en español pueden hablar y entender inglés, les fue posible sacar mayor provecho de la capacitación porque fue en su lengua natal, dijo la Vicecanciller Diocesana María Echeverría, una de los instructores del módulo 3 en español. 

“Poder expresarte sin tener pena por tu acento, poder hacer preguntas en el grupo que te sientes “seguro”, marcó una gran diferencia para ellos”, dijo Echeverría.