Por Petra Alexander y Peter Bradley

INDIAN WELLS—La Decimosexta Cena del Obispo se llevará a cabo este año en el Renaissance Esmeralda Resort en Indian Wells el 11 de abril de 2015.

En esta cena se otorga un premio cada año a personas o grupos que encarnan el lema episcopal del Obispo Gerald Barnes ‘Amar Es Entregarse (que significa que “El amor es la entrega total de uno mismo”).

Es también una colecta anual para ayudar a cubrir el costo de los gastos de educación y de vida de los seminaristas diocesanos. El año pasado, la cena atrajo a 1,200 personas y recaudó más de 780,000 dólares, continuando una tendencia que aumenta en la asistencia y la recaudación de fondos.

“El hecho de que estamos reconociendo al Obispo del Riego, a las Hermanas de la Misericordia y a las Hermanas Victory Knoll hará una noche única y especial”, dijo Theresa Montminy, Directora de la Oficina Avance de la Misión la Diócesis y coordinadora de la cena.

“El Año de la Vida Consagrada reconoce a aquellas mujeres y hombres que han vivido su compromiso de servicio a Dios y a su Iglesia.”

Obispo Rutilio del RiegoObispo Rutilio del Riego 

En honor de sus 50 años como sacerdote y en agradecimiento por su servicio episcopal a la Diócesis, el Obispo Auxiliar Rutilio del Riego recibirá el premio Amar es Entregarse.  

Una vida consagrada desde la eternidad. La vida del Obispo Rutilio puede tomar las palabras que escuchó el profeta Jeremías: “Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía. Antes que nacieras, te tenía consagrado. ..No digas que eres un muchacho, pues a dondequiera que yo te envíe, irás, y harás todo lo que yo te mande..” (Jer 1:5. 7) El Obispo del Riego tuvo esta certeza a temprana edad en su casa natal de Valdesandinas, provincia de León, España, bajo el ejemplo cristiano de su padre Aquilino Del Riego y bajo el cuidado amoroso de su madre Francisca Jánez. 

En 1961 se unió a la Fraternidad de los Sacerdotes Operarios del Reino y realizó sus estudios de Filosofía en la Pontifica Universidad de Salamanca, España. Fue enviado a Washginton DC el 5 de Junio de 1965 fecha en que recibió su ordenación. El óleo sagrado ungió su cuerpo, confirmando su vocación sacerdotal, en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción. 

El sacerdocio del Obispo Rutilio estuvo caracterizado por el entusiasmo de la renovación de la Iglesia post conciliar. Inmediatamente comenzó como instructor en el Colegio de San Vicente Latrobe; después dirigió el Centro Católico Hispano en Washington DC. En estos años conoció de cerca la suerte de los inmigrantes latinos y compartió los procesos de los Encuentros Pastorales. Su Fraternidad le pidió servir como director asociado de vocaciones para el Instituto Sol y el Centro México Americano de San Antonio Texas; el Instituto del Noreste, de Nueva York solicitaron su asistencia en el tema de vocaciones sacerdotales. 

El entonces Padre Rutilio, combinó la tarea de ser párroco, formador de futuros sacerdotes, y delegado de su Fraternidad. Las parroquias de Santa Lucia y San Antonio de Padua en San Antonio Texas, fueron escenarios de unos años saturados de actividad ministerial combinando las escuelas, los ministerios parroquiales y la atención vocacional, hasta que llegó a San Bernardino. Después de 6 años como párroco en Riverside, fue nombrado Obispo Auxiliar de nuestra Diócesis. Al ser consagrado por el Obispo Barnes, repitió un lema que ha testimoniado: Servir a todos con Amor. 

Rutilio Sacerdote y Pastor. Sacerdote y pastor son sus apellidos. Sacerdote para siempre. Obispo Rutilio, su sacerdocio se ha derramado con sencillez, alegría y humildad, fecundando su trabajo ministerial en San Bernardino. Gracias por sus homilías, estudiadas, oradas y entusiastas. Gracias por las incansables palabras para abogar por los humildes. Estamos seguros que en el cierre de su camino sacerdotal escuchará: “Lo que hiciste a mis hermanos los más pequeños, a mí me lo hiciste”. ¡Muchas gracias! 

Hermanas Misionares de Nuestra Señora de la Victoria (OLVM)

Una de las comunidades religiosas que impactaron al Inland Empire fueron las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de la Victoria (OLVM) quienes llegaron a Redlands en 1932. Las 11 hermanas que vinieron el primer año vivieron en Redlands.

Sus esfuerzos catequéticos crecieron inmediatamente en todas las áreas de extensión. Además de la enseñanza efectiva de los niños, las hermanas tenían un fuerte compromiso con el desarrollo de los catequistas laicos. Las hermanas OLVM también realizaron visitas a domicilio, apadrinaron clubs de niños y niñas y distribuían comida a familias necesitadas. 

Cuando la nueva Diócesis de San Bernardino se inició en 1978, las hermanas OLVM tuvieron una fuerte presencia. Muchos líderes de catequesis que están en el ministerio de hoy deben su formación ministerial a las Hermanas Misioneras de Nuestra Señora de la Victoria. Su legado continúa sirviendo a la comunidad católica de los condados de San Bernardino y Riverside.

Hermanas de la Misericordia 

Uno de los valores de las Hermanas de la Misericordia es su vocación de servicio. Este valor es más evidente en su compromiso a largo plazo para la educación católica. Las Hermanas de la Misericordia fueron invitadas desde el Convento de Sligo en la diócesis de Elphin, Irlanda y sirvieron 51 años en la escuela San Antonio, 45 años en la escuela Nuestra Señora de la Asunción, y 40 años en la Escuela Santiago el Menor.

Ellas atendieron la Escuela del Sagrado Corazon desde su inicio en 1956 hasta que la escuela se cerró en 1969.

Las Hermanas de la Misericordia siempre han mantenido una gran presencia en la Diócesis de San Bernardino. En 2003, cuando la Diócesis celebra su 25 aniversario, las Hermanas de la Misericordia eran la comunidad más grande de religiosas.

Otros ejemplos de su valor de servicio de las Hermanas de la Misericordia fueron las nuevas oportunidades de ministerio en la relativamente nueva Diócesis de San Bernardino. Las hermanas han ocupado los cargos de Director de Educación Religiosa, Asociada Pastoral, Coordinadora Pastoral, Vicario de Religiosos, la Oficina de Misiones, el Ministerio de Asistencia a Víctimas, Directora de Servicios Comunitarios y Canciller.

“Los muchos años de ministerio y servicio en la Diócesis han sido una bendición para nosotros y uña maravillosa OPORTUNIDAD de vivir nuestro carisma de la Misericordia”, dijo la hermana Mary Frances Coleman, RSM, quien es la directora de la Oficina para la Vida Consagrada de la Diócesis.


  • Petra Alexander es la Directora de la Oficina de Asuntos Hispanos de la Diócesis de San Bernardino. Peter Bradley es archivista en la Diócesis de San Bernardino.