Jueves Santo
Por el Padre Mark E. Kotlarczyk, V.F.
Para la Iglesia Universal, comienza nuestro camino de tristeza, decepción, sufrimiento, muerte, resurrección y gozo profundo durante los tres días del Triduo Pascual de la Semana Santa. Este camino comienza con la Misa de la Tarde de la Cena de Nuestro Señor el Jueves Santo. Comenzamos la Misa con la Recepción de los Óleos Sagrados, el Óleo de los Enfermos, el de los Catecúmenos, y el Crisma Sagrado. Estos Óleos Sagrados son bendecidos y consagrados durante la Misa Crismal celebrada durante la Semana Santa por Nuestro Obispo Alberto Rojas.
La Liturgia de la Palabra comienza. Nuestra Primera Lectura para la Liturgia de la Palabra viene del Éxodo. La Sagrada Escritura nos recuerda una vez más la historia del comienzo de la costumbre judía de la pascua. Nuestra Segunda Lectura recuerda el primer relato de la Última Cena en la Primera Carta de San Pablo a los Corintios. El relato de San Pablo fue documentado antes de cualquier otro de los relatos de los cuatro Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Nuestro Evangelio de San Juan es el relato del Mandatum de Jesús a los Apóstoles, El Mandatum de Jesús fue el mandato de Jesús que Él lavaría los pies de Sus Apóstoles para que ellos hicieran lo mismo a los demás. Tradicionalmente, los clérigos lavan los pies de los miembros de su congregación durante la Misa de Jueves Santo.
Luego sigue el Rito de Comunión. Jesús instituyó este gran Sacramento en la Última Cena con sus Apóstoles. Jesús cambió las oraciones tradicionales de la Cena Pascual. Los Apóstoles luego recibieron el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús. La primera Celebración de la Misa comenzó en la Última Cena.
Finalmente, tenemos el Traslado del Santísimo Sacramento de un lugar de la iglesia a otro lugar de reposo. El Jueves Santo, el Viernes Santo, el Sábado Santo, y el Domingo de Resurrección constituyen una acción litúrgica continua.
La Eucaristía se puede colocar en un repositorio en una capilla u otro lugar designado, donde las personas pueden orar, hasta la Vigilia Pascual. Trasladamos a la Eucaristía porque observaremos el Viernes Santo comenzando a la medianoche. La Eucaristía no se debe regresar a la Iglesia hasta la Vigilia Pascual.
Jueves Santo siempre es una celebración emocionante para mí. La riqueza de la Presentación de los Sagrados Óleos, las Sagradas Escrituras, el Lavar los Pies, la Oración Eucarística, y el Traslado del Santísimo Sacramento están todos combinados en una celebración que tenemos por el amor de Jesús para nosotros. La Misa de la Tarde de la Cena del Señor es una celebración rica del Amor Eterno de Dios. Dios nunca nos olvida a pesar de nuestras imperfecciones. ¡Jueves Santo es una noche maravillosa para ser un católico y un sacerdote! ¡Que mejor manera de comenzar el Triduo Pascual Sagrado que la celebración de la Misa de la Tarde de la Cena del Señor!
El Padre Mark E. Kotlarczyk, V.F., es el párroco de la Parroquia de Santa María del Valle en Yucca Valley y el Vicario Foráneo del Vicariato del Bajo Desierto.
Viernes Santo:
Por Madeline. M Jimenez
“Padre, en tus manos, encomiendo mi espíritu.”
Jesús gritó muy fuerte, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.” Y dicha estas palabras expiró. Lucas 23:46
Reflexionando sobre el Viernes Santo, pienso que es uno de los días más sagrados y conmovedores de mi fe. Comienzo la Semana Santa empezando con el Domingo de Ramos con reverencia, pero el Viernes Santo para mí, así como para muchos creyentes es un día de luto pero también de gratitud por el Santo Sacrificio de nuestro Señor Jesucristo. Nuestro “Viernes Santo” fue el sacrificio de nuestro Señor del Amor de Dios para nosotros que lo hace un Viernes Santo y bueno para toda la humanidad.
El sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz, el Viernes Santo, es importante para mi al ver que Jesús aceptó la voluntad de Su Padre aun hasta tomar su último respiro. El Viernes Santo me recuerda que nada está bajo mi control, pero bajo el control del Padre. Al cargar mi cruz, Jesús camina conmigo y carga la cruz más pesada de todas y el Viernes Santo nos recuerda de que Él enfrentó el sufrimiento por nosotros porque el Amor que nos tiene es inagotable.
Madeline M. Jimenez es Coordinadora de Confirmación para Jóvenes en la Preparatoria en la Iglesia de San Cristóbal en Moreno Valley.
Sábado Santo:
Por el Diácono John DeGano
La Pascua, la gloriosa celebración de la resurrección de la muerte de nuestro Señor comienza en la tarde del sábado. Esta es la noche en que se enciende el Fuego Pascual, los viejos óleos se queman y se revela, bendice y se procesa solemnemente con el nuevo Cirio Pascual a la iglesia oscura para difundir la oscuridad y comenzar el servicio de la Vigilia Pascual.
Si nunca has participado, vale la pena porque la iglesia sale a relucir en esta tarde muy especial del año litúrgico: Coros y música especiales, varias lecturas de las escrituras (la mayoría de las cuales se proclaman en la oscuridad), y la recepción de ‘los electos’ del proceso de RICA, que serán recibidos y bautizados en la fe Católica Romana.
Pero les advierto, que, dependiendo del número de personas que van a ser bautizadas e iniciadas, la Misa puede tardar mucho (¡un par de horas o más!) así es que puede que consideren traer una almohada (por si acaso) ya que las bancas de madera no son muy cómodas.
Hay mucho más que podría decir, pero lo que más me conmueve es 1)caminar solo por la iglesia oscura y vacía, viendo el reflejo de las llamas parpadeantes del Fuego Pascual que se reflejan en las paredes de yeso blanco. Me recuerda del primer siglo de la iglesia, en que los cristianos se tenían que reunir en secreto en las cavernas para evadir la persecución y 2) cuando nosotros, el Cuerpo de Cristo, procesamos públicamente desde la fogata afuera de la iglesia a la oscuridad dentro de la iglesia. Me hace pensar sobre como un solo fuego en el Cirio Pascual, esta luz de Cristo, se compartirá con la comunidad reunida hasta que toda la iglesia esté bañada en la luz cálida y el Amor de Dios. Así como Jesús compartió la fe con sus discípulos y ellos, después la compartieron con nosotros por dos mil años.
¡Y cada Vigilia Pascual, me lleno una vez más de asombro y maravilla!
John DeGano es un diácono en Santa Catalina de Alejandría en Riverside.
Domingo de Pascua:
Por la Hermana Teresa Maher, C.P.P.S.
Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tumbados. El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero, vio y creyó. Pues no habían entendido todavía la Escritura: ¡él “debía” resucitar de entre los muertos! (Juan 20: 6-9)
El Domingo de Pascua vamos a la tumba para encontrarla vacía, no reconocemos a Jesús como pensábamos que iba a ser, oímos a Jesús decirle a María Magdalena que vaya y les diga a los demás lo que ha visto, para ser un apóstol, no solo en palabras, pero en acción también. Ella habla sobre lo que ha visto aun cuando los demás dudan.
En la Pascua cantamos de nuevo el Aleluya y el Gloria. Sin embargo, ¿cómo han cambiado nuestras vidas por el Camino Cuaresmal? ¿Como nos esforzamos por servir a los demás? ¿A dónde nos lleva nuestro compromiso a la Cruz? ¿Como vivimos la Eucaristía? ¿Cuál es la proclamación pascual que sale de nuestras bocas?
La Hermana Teresa Maher es Hermana de la Preciosa Sangre y sirve como Capellán de Hospital en la Diócesis de San Bernardino.