IZQUIERDA: Adaija, que abandonó su hogar en Illinois a causa de la violencia doméstica, aparece en la fotografía con sus dos hijos. DERECHA: Cynthia, que había estado luchando con su salud mental, el abuso de sustancias y una situación de vida abusiva, sostiene a su hijo.
Por Anneliese Esparza
Directora Editorial
SAN BERNARDINO—Los apellidos de los residentes entrevistados para este reportaje se han eliminado para su privacidad y seguridad.
Embarazada y huyendo de una situación de maltrato, Adaija dejó su casa y condujo casi 2,000 millas desde Illinois hasta California, donde ha encontrado un lugar seguro para quedarse y criar a sus dos hijos- el Refugio de María en San Bernardino, un refugio para mujeres y sus hijos.
Aunque el embarazo de su segundo hijo, Noah, estaba planeado, la situación de violencia doméstica con el padre de Noah se agravó hasta el punto que Adaija supo que tenía que marcharse. Ella también sabía que tener un segundo hijo al tiempo que se trasladaba al otro lado del país sin saber qué pasaría después, no iba a ser fácil, pero estaba decidida a tener a su hijo a pesar de las dificultades. “No quería desquitarme con mi hijo por algo que estaba pasando con su padre. Así que decidí tener a mi hijo y resolverlo por mi cuenta”, explicó.
Adaija eligió California como destino porque tiene una amiga que vive aquí. Cuando llegó a California, se alojó primero en Option House, un refugio local contra la violencia doméstica, que después la recomendó para que se quedara en el Refugio de Maria.
El Refugio de Maria, antes conocido como la Casa de Misericordia de Veronica I y II, es un ministerio de la organización católica sin ánimo de lucro del Centro de Misericordia de Maria, fundada por el padre Michael Barry, SS.CC, en 1992. El nombre anterior del refugio era por referencia al nombre de la primera residente que fue refugiada ahí, pero en marzo del 2021 fue rebautizado como El Refugio de María en honor a nuestra Santísima Madre.
El refugio ofrece una alternativa segura a la violencia doméstica, el abuso de sustancias, la falta de hogar o el aborto. A diferencia de muchos refugios que limitan las estancias de 30 a 60 días, el Refugio de María es un refugio de transición a largo plazo en el que los residentes permanecen entre 12 y 24 meses.
“Lo que ofrecemos es un periodo de dos años que realmente elimina gran parte de la presión de tener que tratar de averiguar algo hoy, sobre dónde vas a estar mañana. Damos a las madres la oportunidad de bajar ese nivel de estrés y también de empezar a planificar a largo plazo dónde quieren estar, sus objetivos y aspiraciones, y darles algo de estabilidad”, dijo el director ejecutivo del Centro de Misericordia de Maria, Dan Flores.
Durante su estancia, las mujeres reciben apoyo para ayudarlas a recuperarse, incluyendo servicios terapéuticos y de asesoramiento, apoyo educativo y profesional, como un Programa de Educación General GED (por sus siglas en inglés) para las mujeres que no tienen un diploma de secundaria, y educación o formación postsecundaria para ayudarlas a encaminarse hacia una carrera.
Actualmente, el refugio alberga a unas 11 madres y 16 niños. El refugio tiene capacidad para unas 15 madres y sus hijos, es decir, unas 40 a 50 personas en total. Está organizado como un hogar, y los residentes comen, cocinan, limpian y rezan juntos en comunidad.
“Es un gran ambiente familiar comunitario en el que se apoyan unos a otros y se responsabilizan y rinden cuentas para que todos hagan sus tareas, cumplan con su parte. Este sentido de reconstrucción y reconstitución de una familia y una comunidad es realmente el núcleo de lo que son el Refugio de Maria y el Pueblo de Maria (un refugio para hombres sin hogar)”, dijo Flores.
Otra mujer que se aloja actualmente en el Refugio de Maria, Cynthia, llamó al refugio y lo que ha hecho por ella es “un milagro”. Cynthia, quien es de Long Beach, había estado luchando contra la depresión, la ansiedad y lidiando con el alcohol, además de batallar con una situación de violencia y abuso emocional y verbal en el hogar. Cuando su familia amenazaba con quitarle a su hijo, acudió a rehabilitación para intentar quedarse con él, donde un consejero la recomendó al Refugio de Maria.
Cynthia dijo que los servicios que ofrece el Refugio de Maria, como un programa de crianza, una clase de como enfrentar la violencia doméstica y una clase de habilidades para la vida, la han beneficiado mucho. Estoy aprendiendo a sanar quien soy y a ser intencional sobre el tipo de madre que quiero ser” ella dijo. “He madurado mucho por haber tenido la oportunidad de asistir a [estos programas]”.
“[El refugio] realmente da a las mujeres el espacio y la gracia para construir desde la base. Muchas veces construimos sobre cáscaras de huevo, no hay un cimiento estable. Pero aquí somos capaces de crear la vida que realmente queremos para nosotros, la vida que nunca pensamos que podríamos tener, para romper los ciclos de otras generaciones y crear una vida mejor para nuestros hijos”, dijo Cynthia.
Además del Refugio de Maria, el Centro de Misericordia de Maria también opera el Pueblo de Maria (un refugio para hombres sin hogar) y la Mesa de Maria (un ministerio que sirve comidas calientes seis días a la semana). Estos programas son financiados por donaciones y subsidios y son atendidos en gran parte por voluntarios. Para obtener información sobre cómo donar o ser voluntario, visite su sitio web marysmercy-center.org o póngase en contacto con ellos en el teléfono (909) 889-2558 o This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..