CREYENDO EN UN MISTERIO El Padre [Nombre] le da la Primera Comunión a un estudiante joven en la [Parroquia]. Los catequistas usan una variedad de métodos para educar a los niños sobre el misterio de la Eucaristía, pero están de acuerdo que la formación en la fe debe continuar en la adolescencia y en la vida adulta para sostener la creencia en la Presencia Real.
Por John Andrews
Editor
Cada año cuando comienza una clase nueva con un grupo de niños que se están preparando para recibir su Primera Comunión, la catequista Diana Perez toma un respiro profundo, invoca al Espíritu Santo que guíe su enseñanza, y se deleita al saber que ella también aprenderá algo nuevo.
“Es algo especial ver sus preguntas, su curiosidad, su admiración y también a veces sus dudas,” dice Perez, que sirve en la Parroquia Nuestra Señora de la Soledad en Coachella. “Es aprender y crecer con ellos.”
Durante los meses de primavera y verano este año más de 4,000 niños, jóvenes y adultos en la Diócesis de San Bernardino recibirán el Sacramento de la Eucaristía, un momento gozoso y conmovedor en la vida de fe de todo Católico. Sin embargo la Iglesia enfrenta realidades actuales que retan la centralidad de la Eucaristía en las vidas de los fieles.
La pandemia del COVID-19 cerró o limitó las Misas presenciales por un tiempo, haciendo que la Eucaristía estuviera menos disponible. Algunos se han acostumbrado a ver la Misa por transmisiones en vivo y no han regresado a la Iglesia para volver a recibir la comunión. En 2021 la Eucaristía entró en el ámbito divisivo de la política estadounidense cuando los Obispos de los estados unidos debatieron la idea de negar la comunión a ciertos políticos Católicos, incluyendo el Presidente Joseph R. Biden, que apoyaba leyes y pólizas que estaban en conflicto con la enseñanza Católica, principalmente sobre el tema del aborto.
Aún antes de la pandemia, la reverencia por la Eucaristía como la presencia real de Cristo había disminuido entre Católicos de las bases. Un estudio de 2019 por el Foro Pew sobre la Religión y la Vida Pública encontró que sólo 31 por ciento de Católicos creen en la presencia real.
Como respuesta, la Iglesia estadounidense está lanzando un esfuerzo intencional este mes para reavivar la devoción a la Eucaristía. En la Fiesta de Corpus Christi el domingo 19 de junio, comienza una campaña de tres años, culminando en un Congreso Eucaristico Nacional en 2024, el primero de su clase en casi 50 años.
Este avivamiento eucarístico incluirá el desarrollo de nuevos materiales educativos, entrenamiento para líderes diocesanos y parroquiales, y el lanzamiento de una página web dedicada al avivamiento eucarístico y un equipo especial de 50 sacerdotes que viajarán por todo el país predicando sobre la Eucaristía.
Para catequistas cómo Perez, Susanna Soto y Dominic Sermeno, presentar conceptos como la “transubstanciación” y la “consagración” a niños de primaria puede ser difícil.
“Para un niño de siete,ocho o nueve años, es un concepto difícil’’, admitió Sermeno, que sirve en San Pablo Apóstol en Chino Hills. “Quizás hagan preguntas difíciles como, ‘¿Yo no veo el cuerpo de Jesús ahí?”
“Mi método es entrar en un diálogo. Quiero que los niños se sientan relajados, que puedan hacer preguntas y decir lo que piensan.”
Soto, una catequista en la Parroquia Reina de los Ángeles en Riverside les enseña a niños de escuela secundaria sobre la Eucaristía en clases por medio de Zoom, comienza a recitar las palabras “transubstanciación” y “consagración.” Típicamente la primera respuesta, dice ella, es que todos se le quedan mirando. Luego escribe las palabras en la pantalla y comienza a explicar. “Jesús quiere conocerte, quiere estar tan presente a ti que se ofrece a Él mismo en la Eucaristía.”
Perez sigue una táctica parecida, explicándoles a sus estudiantes de Primera Comunión de escuela primaria que así como la comida normal nutre a nuestro cuerpo para tareas importantes como partidos de fútbol y la escuela, la Eucaristía nos fortalece en nuestra vida espiritual y nuestra conexión con Jesus. Ella levanta una hostia (no consagrada) y una imagen del Sagrado Corazón de Jesús para hacer la conexión. “En la Misa este se convierte en el corazón vivo de Jesus,” dice ella. “Cuando lo comemos, Él se hace parte de nosotros.”
Perez no enfatiza la palabra “consagración” con sus estudiantes más pequeños; más bien, les enseña imágenes y videos del acto de consagración y dice, “cuando [el sacerdote] extiende sus manos quiero que se imaginen el espiritu de Jesus bajando.”
Para cimentar la creencia en la presencia real entre sus estudiantes, Sermeno se enfoca en una palabra que es más entendible: el “amén” que se recita cuando se recibe la comunión.
“Cuando dices ‘amén’ estás diciendo ‘Yo creo lo que se me ha enseñado, lo que estoy recibiendo en este momento.’”
Muchos catequistas que trabajan con los de la Primera Comunión creen que han sido exitosos en presentar la idea de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, reflexionando en la reverencia que los niños muestran cuando reciben su Primera Comunión. Pero si esas lecciones no son reforzadas a través de una participación regular en la Misa y un compartimiento de fe en la familia, el escepticismo sobre la Eucaristía puede comenzar a entrar cuando crecen a la edad de adolescentes y jóvenes adultos. En una clase típica de 20 niños de edad de escuela secundaria, sólo dos o tres van a Misa regularmente, dice Perez, así que para los demás la idea de la presencia real “es algo alucinante.”
Soto dice que la idea que la Eucaristía es un catalizador para una relación con Jesus no se vuelve una realidad en la vida de muchos que se alejan de la fe de su infancia.
“Muchos jóvenes adultos dejan la fe porque nunca han sentido una conexión,” dijo ella. “Nadie les ha dicho que Jesus quiere ser su amigo.”
El Beato Carlo Acutis, el joven adulto italiano que usó sus habilidades con computadoras para compartir contenido en el internet sobre los milagros Eucarísticos, será el patrón del primer año del avivamiento eucaristico nacional. Perez ha utilizado algunos de los videos de Acutis para enseñarles a sus estudiantes más grandes sobre los milagros Eucarísticos. Soto dijo que aunque muchos de sus estudiantes de preparatoria no conocían los milagros Eucarísticos, se han convertido en una herramienta persuasiva para enseñar sobre la presencia real. “Ellos necesitan ser expuestos más al misticismo de nuestra fe,” dijo ella.
Perez, Soto, Sermeno y otros maestros de la fe están de acuerdo que las lecciones tempranas sobre la Eucaristía no son suficiente para sostener la fe y la conexión para toda una vida.
“No es solo para recibir el Sacramento,” dijo Sermeno de las clases que enseña. “Cuando los niños no continúan su educación, pierden la visión de la misión de la Iglesia.”
Los Católicos tienen que seguir nutriendo su fe a través de la formación y el ministerio como adultos, dice Perez, yendo más allá de la tradición familiar y sentimientos de obligación de la niñez. Ella cuenta su propia fe como un ejemplo.
“Yo no tenía idea de los detalles de nuestra iglesia. Solo hacía las mociones porque mi mamá me lo pedía,” dice ella. “Cuando volví a Cristo tenía alrededor de 25 años. Tuve una experiencia en un retiro que me ayudó a tener una relación con Él.” Poco después, oyó el llamado de convertirse en catequista.
“Quiero que otros sepan lo que he encontrado.”