Por Anneliese Esparza
Directora Editorial

Laicos, religiosos, diáconos y sacerdotes llenaron la Iglesia del Sagrado Corazón en Rancho Cucamonga el 28 de mayo para darle una cálida bienvenida al Padre Michael Arinze Ezeoke, el Padre Andrés Rivera, el Padre Jorge Tellez y el Padre Ismael Valenzuela-Salazar al sacerdocio.

“Nuestro Señor Jesús los ha escogido a cada uno de ustedes entre muchos otros jóvenes para darles el regalo del sacerdocio. Este no es un logro de sus propios esfuerzos, es un don que han aceptado, y que Jesús quiere que compartan con su pueblo en la misión de salvar almas. Quiere que lo usen como sus siervos, con corazones llenos del Amor de Dios para salir al mundo,” les dijo el Obispo Rojas a los cuatro hombres durante su homilía.

“La fuerza más grande en sus ministerios va a ser la Eucaristía y su relación con el Señor Jesús en sus oraciones. Hagan de la Eucaristía el centro de sus vidas. Vivan sus vidas para y desde la Misa. Siempre recuerden que su ministerio como servidores no se trata de ustedes, sino de Jesús que está dentro de ustedes para su pueblo,” añadió el Obispo Rojas.

La liturgia incluyó cantos y lecturas en varios diferentes idiomas, un reflejo de las varias culturas que viven dentro de nuestra Diócesis, la comunidad Africana estuvo especialmente prominente en la liturgia.

La Ordenación misma toma lugar con la imposición de manos por el Obispo y la Oración de Consagración, pero toman lugar varios ritos dentro del Rito de Ordenación. Uno de los elementos más icónicos de una Ordenación es cuando los candidatos se postran en el suelo mientras la congregación reza la Letanía de los Santos. La congregación cantó junto con el coro para invocar a los hombres y mujeres santos de la Iglesia que oraran por los cuatro hombres que se preparaban para el momento en que fueran ordenados como sacerdotes.

Se tocó música instrumental y la congregación oró en silencio mientras el Obispo Rojas y sus hermanos sacerdotes impusieron las manos sobre los cuatro hombres, transformándolos en sacerdotes de la Diócesis de San Bernardino.
Después, los nuevos sacerdotes fueron vestidos con la estola y la casulla, que inspiró el aplauso entusiasmado y prolongado de la congregación. La unción de las manos, la presentación de la patena y el cáliz y el beso de paz concluyeron el Rito de Ordenación.

Después de la Comunión, dos de los nuevos sacerdotes compartieron algunas palabras, incluyendo el Padre Rivera. “Me gustaría agradecerle a Dios todopoderoso, que nos ha llamado a este camino bello y maravilloso, y a todas las personas que ha puesto en nuestro camino a través de los años, por que cada uno de ustedes que se ha encontrado con nosotros y nos ha apoyado, nos ha ayudado a ser quienes somos hoy. Les damos gracias por cada momento y palabra de ánimo y el apoyo que nos han brindado,” dijo el Padre Rivera.

“Pido que continúen orando y caminando con nosotros mientras comenzamos nuestro nuevo ministerio, para que en todo lo que hacemos y decimos, nosotros como sacerdotes glorifiquemos a Dios y le demos gracias, mientras seguimos en el servicio de Dios y su pueblo,” añadió él.

Después, el Obispo Rojas anunció la parroquia a la cual los cuatro nuevos sacerdotes serán asignados: el Padre Michael Arinze Ezeoke a El Santo Nombre de Jesús, Redlands; el Padre Andres Rivera a San Pedro y San Pablo, Alta Loma; el Padre Jorge Tellez a Santa Elizabeth Ann Seton, Ontario; y el Padre Ismael Valenzuela-Salazar a Los Santos Inocentes, Victorville.

La congregación salió de la Misa con un espíritu de gratitud y celebración. Muchos recibieron una bendición de uno de los nuevos sacerdotes y disfrutaron de un almuerzo en el salón parroquial.

“Me siento emocionado, feliz y agradecido,” dijo el Padre Valenzuela-Salazar momentos después de que se acabara la Misa de Ordenación. “Siento tanto agradecimiento por todo lo que he recibido.”

“Espero poder ser, como mencionó el Obispo, un sacerdote misericordioso, servir a la Diócesis, y estar abierto a recibir a las personas, y llevarlas a Jesús,” dijo él.