El 17 de Enero se cumplió un año del fallecimiento del Padre Francisco Valdovinos, Misionero de la Santísima Trinidad. Para la Comunidad de Mecca y Coachella, escenarios de su ministerio en nuestra Diócesis, fue un recuerdo sensible en el marco de esta pandemia, justamente cuando estamos con la alerta de contagios por Ómicron.
El Obispo Alberto Rojas expresó de nuevo el dolor por la pérdida de tantas vidas y alentó a todos a mantener los cuidados. Señaló que la vida del Padre no será un recuerdo, sino una motivación a imitar su servicio evangélico, porque de diversos modos, dejó ejemplos de apoyo a los más necesitados. La prontitud con la que el Padre respondía a las necesidades, el interés que manifestó por servir nos alienta a que sí es posible el seguimiento de Cristo.
La Misa Memorial se celebró en compañía de toda la comunidad religiosa de Misioneros de la Santísima Trinidad. A nombre de la comunidad, el superior Padre Francisco Gómez, entregó algunos reconocimientos para agradecer la cercanía pastoral y el apoyo por parte del Departamento de Salud del Condado de Riverside como de la Diócesis. La fotografía del Padre Valdovinos se mantiene en el Santuario de Guadalupe, Mecca, que fue su último destino pastoral, como un testimonio de que una vida que se entrega, no se acaba.