El Padre Tomás Guillén Vicario Parroquial de Santa Catalina de Alejandría en Temecula, se graduó del programa de capellanes del Departamento del Alguacil del Condado de Riverside el 4 de octubre.

Su ministerio como capellán de policías es solamente una de las responsabilidades que el Padre Guillén ha asumido desde su ordenación en 2016. Además de sus obligaciones como vicario parroquial, el sacerdote joven también es el capellán de futbol americano para la Preparatoria Aquinas High School, instructor para el Programa de Formación Continua para los Ministerios (CMFP por sus siglas inglés) y Director de Vocaciones en su Vicariato.

El Padre Guillén sirvió brevemente como capellán de policías para el Departamento de Policía de Fontana en el 2019 cuando fue asignado a San Juan XXIII en Fontana/Rialto. Fue invitado a ser capellán por el jefe de la policía de Fontana durante una reunión entre líderes de fe y la policía.

“El jefe compartió que nunca habían tenido a un sacerdote católico como capellán y que sería de gran beneficio para el departamento ... La capellanía de policía no es algo que había considerado antes, pero fue una oportunidad única para servir en un ministerio que muchas veces ha sido olvidado,” dijo el Padre Guillén.

Cuando el Padre Guillén fue trasladado a Temecula para servir en Santa Catalina de Alejandría, decidió aplicar a hacerse capellán para el Departamento del Alguacil del Condado de Riverside. El programa de capellanía del departamento fue demorado por el COVID-19, pero eventualmente el Padre Guillén pudo comenzar el entrenamiento.

Los estudiantes de la academia de capellanía asistieron sesiones semanales por varias semanas, aprendiendo como servir mejor a los funcionarios policiales en sus situaciones particulares.

“Ser un capellán de policías es un reto porque la primera cosa es establecer una relación con los oficiales de policía y el personal de apoyo de la estación. Es un ministerio de presencia que requiere escuchar más que hablar y es muy diferente del ambiente parroquial,” dijo el Padre Guillén.

“Hay algunas necesidades ministeriales sobre las cuales nunca tuve que pensar antes de comenzar este ministerio, como ser medido para un chaleco antibalas, encontrar como sostener mi agua bendita en mi cinturón de servicio y tener un kit para cargar las cosas que se pueden necesitar en una emergencia,” dijo el Padre Guillén.

El Padre Guillén y sus compañeros capellanes en el Departamento del Alguacil del Condado de Riverside se comprometerán a servir diez horas al mes. Sus responsabilidades incluyen visitar la estación, acompañar a los deputados en sus rondas, estar de guardia cuando se les pide por los deputados y participar en entrenamiento continuo. El Padre Guillén ha sido asignado a la estación del Suroeste en Temecula pero puede viajar a otras partes del condado de vez en cuando.

“Como capellán, frecuentemente estás llamado a llevar la esperanza a situaciones que son traumáticas y retantes ... Yo creo que la bendición es que los deputados son capaces, de alguna manera, de recibir la gracia para poder presenciar cosas que la mayoría de las personas no verán en toda su vida. Es algo que continuamente me reta a servir mejor,” dijo el Padre Guillén.