A la luz de la Carta Apostólica del Papa Francisco que establece nuevas restricciones sobre la celebración de la Misa en Latín, el Obispo Rojas ha emitido un decreto asegurando que la Misa en Latín se seguirá ofreciendo en sus horarios y lugares actuales en la Diócesis.
“[La Misa en Latín] contribuirá al bien espiritual de los fieles,” escribió el Obispo Rojas en su decreto, explicando que otorgará una dispensa de unos de los artículos en el Motu Proprio del Santo Padre, Traditionis custodes, que declara que la Misa en Latín no se puede ofrecer como una Misa parroquial regular.
La Misa en Latín, conocida más formalmente como la Forma Extraordinaria del Rito Romano, se ofrece semanalmente en la Diócesis en la parroquia de San Secondo d’Asti en Ontario y en la parroquia del Sagrado Corazón en Palm Desert. Algunas de las gran diferencias entre esta liturgia y la Forma Ordinaria que emergieron del Concilio Vaticano Segundo incluyen:
- La Misa se celebra en Latín
- Tanto el celebrante y la congregación miran hacia el oriente durante la Misa, en vez de que el sacerdote y el pueblo se miren
- El “altar principal” está elevado tres escalones del piso
- Se utiliza una barandilla del altar para separar el altar, que simboliza el cielo, del resto de la iglesia, que simboliza la tierra
- Solamente se utilizan acólitos varones
- La congregación se mantiene callada, excepto en los himnos de entrada y salida y durante la comunión
Emitido el 16 de julio, Traditionis custodes hizo grandes cambios a la carta Apostólica Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI emitida en el 2007, que reconoció el derecho de todos los sacerdotes de celebrar la Misa usando el Misal Romano de 1962. En una carta a los Obispos explicando su decisión, el Papa Francisco explicó: “En defensa de la unidad del Cuerpo de Cristo, me veo obligado a revocar la facultad otorgada por mis predecesores. El uso distorsionado que se ha hecho de esta facultad es contrario a las intenciones que llevaron a otorgar la libertad de celebrar la Misa con el Missale Romanum [Misal Romano] de 1962.”
El documento contiene ocho artículos que ponen mayor jurisdicción sobre la celebración de la Misa en Latín en las manos del Obispo Ordinario. Cualquier sacerdote que quiera celebrar la Misa en Latín necesitará obtener primero las facultades del Obispo Diocesano para hacerlo. Las órdenes religiosas que tienen la responsabilidad de celebrar la Misa en Latín en la Diócesis tienen que demostrar fidelidad al Vaticano II, de acuerdo con el documento. El Papa Francisco también estipula en su carta que las lecturas en una Misa en Latin ahora tienen que ser proclamadas en el idioma local.
En una declaración adjunta a su decreto el Obispo Rojas hizo eco al llamado del Santo Padre a la unidad entre los fieles en la celebración de la Eucaristía.
“Recordemos que somos uno en la celebración de la Eucaristía, ya que recibimos la nutrición esencial al compartir en la presencia real del Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo,” dijo él. “Todos los diferentes ritos de la Misa tienen este propósito y don en común para nosotros.”
En su carta a los obispos, el Papa Francisco explicó sus razones por su decisión de limitar el acceso a la Forma Extraordinaria del Rito Romano.
El Santo Padre dijo que las respuestas de los obispos a una encuesta realizada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en el 2020 “revelan una situación que me preocupa y entristece, y me convence de la necesidad de intervenir.” El Papa Francisco dijo que cuando sus predecesores permitieron la celebración de la Misa de acuerdo con la forma utilizada antes de las reformas del Vaticano II, ellos querían motivar la unidad dentro de la Iglesia.
El Papa dijo que le entristecía que la celebración de la Forma Extraordinaria ahora se caracterizaba por el rechazo del Concilio del Vaticano Segundo y sus reformas litúrgicas.Dudar del Concilio, dijo él, es “dudar del mismo Espíritu Santo quien guía la Iglesia.”
La Agencia de Noticias Católicas (CNA por sus siglas en inglés) contribuyó a este reporte.