El obispo Gerald Barnes y el obispo Alberto Rojas reciben la vacuna Pfizer en el Centro Médico Regional de Santa María en el Alto Desierto.
APPLE VALLEY—En la zona del Alto Desierto de la Diócesis de San Bernardino que está experimentando una tasa especialmente alta de casos COVID-19, El obispo Gerald Barnes y el obispo Alberto Rojas hicieron una declaración enfática sobre la importancia de ser vacunados contra el virus cuando recibieron la vacuna Pfizer en un hospital católico local.
“Quiero hacer esto por la gente como ejemplo,” dijo el obispo Barnes, que tiene 75 años. “Necesitan verme hacer esto.”
Los funcionarios de salud pública de los condados de Riverside y San Bernardino han pedido a la Diócesis que sea una voz de aliento a las comunidades católicas sobre la necesidad de hacerse la prueba de COVID-19 y de recibir la vacuna. La decisión de los obispos de recibir la vacuna y hacerlo público proporciona un importante respaldo en la campaña para promover la vacuna.
“El hecho de que ambos estuvieran aquí y se les tomara una foto mientras recibían la vacuna, fue un evento positivo y esperanzador,” dijo la hermana Teresa Maher, C.P.P.S., Capellán Católica en el Centro Médico Regional de Santa Maria. “La vacuna es otra forma de mantener a las personas seguras y saludables. Eso es lo que necesitamos que hacer como cristianos.”
El obispo Barnes y el obispo Rojas estuvieron en observación durante unos 20 minutos después de ser vacunados y no se reportaron efectos secundarios significativos. Se les pedirá que regresen a Santa Maria en las próximas 2 a 3 semanas para recibir la segunda dosis requerida de la vacuna.
Los dos obispos llegaron a Santa María en la tarde del martes 22 de diciembre. Además de recibir la vacuna COVID-19, bendijeron todas las entradas al hospital con agua bendita, comenzando con la unidad de selección (triage). Dos personas que estaban en ese lugar pidieron y recibieron una bendición episcopal. El obispo Barnes y el obispo Rojas también ofrecieron un breve servicio de oración fuera de la entrada principal del hospital.
“Todo el personal del hospital y las personas presentes pausaron un momento sus actividades y tomaron parte en la bendición,” dijo la Hermana Maher. “Significó mucho tener esa presencia de la Iglesia.”
La Diócesis ha estado abogando públicamente para que los católicos locales reciban la vacuna COVID-19 cuando llegue, emitiendo una declaración a finales de noviembre para aclarar que es moralmente aceptable recibir las vacunas Pfizer y Moderna. Los obispos de California también han emitido una declaración alentando a todos a recibir la vacuna Pfizer o Moderna. Ambas declaraciones aclaran que no se utilizó tejido celular de fetos abortados en el desarrollo o producción de cualquiera de las dos vacunas y que, por lo tanto, es permitido y alentador que los católicos las reciban.
Además, varias parroquias de la Diócesis se han asociado con los departamentos de salud pública de los condados de San Bernardino y Riverside para servir como sitios para las pruebas COVID-19 y las vacunas contra la gripe estacional. Cuando la vacuna COVID-19 este más ampliamente disponible a principios del 2021, se ofrecerá en esas parroquias.