“Volvamos ahora al Banquete.” 

Las palabras del Padre Duong Nguyen, SVD a los fieles en La Catedral del Santo Rosario en la Misa de la mañana el 14 de junio captaron los sentimientos de las iglesias alrededor de nuestra Diócesis al volver a tener Misas públicas.  

En total, 68 de las 93 parroquias en la Diócesis abrieron sus iglesias para la celebración de la Misa.  Para poder abrir tuvieron que seguir una serie de requisitos Diocesanos que estaban en línea con el distanciamiento social y las directrices de salud pública relacionadas con la pandemia del COVID-19. Entre estas directrices las más importantes son que no más de 100 personas o 25 por ciento de la capacidad de la iglesia (el número que sea menor) es permitida en cada Misa. Es requerido usar una mascarilla facial, y la mayoría de las iglesias deben dejar vacía una banca entre dos bancas ocupadas. Cada iglesia se limpia completamente entre cada Misa.

Dadas las restricciones de asistencia, varias parroquias, incluyendo La Catedral del Santo Rosario, ofrecieron una inscripción en línea para aquellos que querían reservar su lugar. Algunas Misas también tuvieron cupo para parroquianos que no se habían inscrito.  

"Hemos estado viviendo en un momento difícil. Hemos sido privados de algunas de las cosas que son esenciales para nosotros", dijo el Padre Nguyen. "Podemos preguntarnos ¿qué significa la Eucaristía para nosotros? Tal vez apreciemos poder recibir la Eucaristía ahora más que antes."

Mientras que las Misas tenían un aspecto diferente, la mayoría de los que asistieron estaban gozosos y emocionados al poder regresar a las iglesias después de tres meses.  Fue una ocasión especial, de hecho, tomó lugar en la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

“Fue como el Día de Navidad.  Hasta me puse mis tacones,” dijo la parroquiana de La Catedral del Santo Rosario, Olivia Guerrero.  “Fue una experiencia bella.  Nadie podía ver que estaba sonriendo por mi mascarilla.”

El parroquiano Chris Doubet dijo, “Estoy feliz poder entrar y orar y escuchar la homilía.”

El momento más importante para muchos fue el recibir la Eucaristía después de un periodo doloroso de hambre espiritual.  A los parroquianos se les pidió que usaran desinfectante en sus manos antes de comulgar y que mantuvieran puesta su mascarilla facial hasta el momento de consumir la hostia.

“Fue conmovedor para mí recibir el cuerpo de Cristo,” dijo Roseann Segura. “De rodillas aquí y orando por todo mundo.”

En su homilía, el Padre Nguyen, Rector de Nuestra Señora del Rosario, invitó a los fieles a ver el periodo reciente de ausencia como una oportunidad de practicar la gratitud. 

Guerrero dice que ella entendió el punto que hizo el Padre Nguyen.  “No sabemos lo que tenemos hasta que ya no lo tenemos.”

El Padre Nguyen invitó a los parroquianos a alzar una oración de agradecimiento a Dios en la semana venidera por poder regresar a la Misa y recibir la Eucaristía.

Aquellos mayores de 65, que tienen condiciones médicas pre-existentes, o que no se sienten listos para estar en público le recomendamos que permanezcan en casa y vean la transmisión de la Misa en vivo de su parroquia.  El Obispo Gerald Barnes ha mantenido la dispensación de asistir a Misa semanalmente para los fieles de la Diócesis.