Hermanos y Hermanas en Cristo,

Es con gran gozo que comparto con ustedes mi decisión de permitir que nuestras iglesias vuelvan a celebrar públicamente la Eucaristía comenzando el 13 de junio.  Yo sé que ha sido muy doloroso para nuestras comunidades de fe no poder reunirse para participar en el Sacramento de la Santa Eucaristía.  Les agradezco su paciencia.  En los días venideros se les proporcionará a nuestras parroquias medidas de precaución claras que tendrán que implementar para proteger la salud y la seguridad, antes de que puedan recomenzar las Misas públicas.  El Estado de California también ha publicado directivas bajo las cuales puede volver a haber servicios religiosos y nosotros respetaremos esas directivas.  Al volver a reunirnos nuestra experiencia de la Misa no será como lo fue antes de la pandemia de COVID-19.  Nos reuniremos en números reducidos; seguiremos practicando el distanciamiento social; y algunas partes de la liturgia se adaptarán para proteger la salud pública.  Aquellos con condiciones médicas preexistentes, y aquellos que tienen 65 años de edad o más y que no están listos para reunirse con nosotros en este tiempo se les recomienda que se queden en casa y se unan a sus parroquias a través de la transmisión en vivo de la celebración de la Misa.  En este espíritu, mantendré la dispensación de la obligación de asistir a Misa semanalmente en nuestra Diócesis. 

Recibamos esta oportunidad de volver a estar juntos con paciencia y gratitud a Dios, que ha continuado a caminar con nosotros en este tiempo de incertidumbre y miedo.  Continuemos apoyándonos unos a otros y orando unos por otros, especialmente por aquellos que han contraído el coronavirus y aquellos que cuidan de ellos.  Que Dios los bendiga.

En Cristo,

Monseñor Reverendísimo Gerald R. Barnes