El buen pastor escucha a las ovejas y sabe cómo cada una de ellas enfrenta los altibajos de la vida ordinaria. A veces, el buen pastor ofrece consuelo y estímulo, en otras ocasiones, se regocija o sufre con las ovejas. El buen pastor camina con las ovejas, de modo que cada una de ellas sabe que está permanentemente bajo su cuidado. El buen pastor sabe profundamente que el rebaño es valioso y que los miembros del rebaño tarde o temprano lo apreciarán y podrán decir al buen pastor, “gracias”, con palabras y hechos.
De la misma manera que el presente habla del pasado, así también apunta al horizonte hacia donde el buen pastor y su rebaño continúan la jornada.
Basado en mi experiencia, el buen pastor es nuestro obispo Gerald Barnes, y las ovejas son la comunidad diocesana de San Bernardino. El obispo Barnes ha estado caminando con nosotros y asumiendo así el papel activo del buen pastor. Él sabe que somos valiosos y también lo que significa “AMAR ES ENTREGARSE”. ¡Gracias por ser nuestro buen pastor!
El P. Javier Gonzales Cabrera es Director Asociado de Vocaciones para la Diócesis de San Bernardino.