Por Eddie Perez

 ¿Cómo podemos tener esperanza en medio de la pandemia del COVID-19? Cuando hablamos los unos con los otros durante esta pandemia oímos de pruebas y tribulaciones. Muchos de nosotros hemos vivido una pérdida de ingresos, la enfermedad, o hemos perdido a un ser querido. Nuestras mentes están inundadas con preguntas. ¿Qué va a pasar con mi familia? ¿Es peligroso ir al mercado? ¿Tenemos suficientes ahorros? ¿Qué pasa si transmitimos el coronavirus dentro de nuestras familias? Estas son preocupaciones válidas y las preguntas pueden parecer interminables. La realidad es que muchos viven en miedo en vez de esperanza.

 Entonces, ¿Cómo podemos tener esperanza? Como una de las tres virtudes teologales, la esperanza solo se adquiere por la gracia de Dios. Sin embargo, la esperanza, como cualquier virtud, es un hábito. La realidad es que la gracia de Dios solo puede dar fruto en nosotros si la permitimos. En este sentido, necesitamos nutrir estos hábitos y entrenarnos a ser personas de esperanza.

 En este proceso, no podemos ignorar el dolor y el sufrimiento real que muchos en nuestra comunidad enfrentan. No podemos proveer palabras vacías que perpetúan un falso sentido de esperanza que no dura. Nuestra esperanza es real, tangible, y está arraigada en La Palabra Viva- Cristo mismo.

 Tenemos un cierto grado de esperanza en las personas que nos cuidan, los enfermeros, los doctores, las personas en posiciones de liderazgo. Sin embargo, como Cristianos, nuestra esperanza está definitivamente arraigada en Dios. Nuestra fe Católica nos enseña que ¡Cristo ha vencido la muerte! ¡Este es el mensaje de Pascua! No olvidemos que al final, la luz vence a la oscuridad y estamos llamados a siempre confiar en la Divina Providencia de Dios. Mientras que la fe de algunos puede haber titubeado, la Iglesia nos llama a todos a anclar nuestra esperanza en Cristo todavía más. Cristo es el máximo proveedor para nuestras familias, el sanador divino, el mejor médico.

 Como uno de los valores centrales de la Diócesis ¡la esperanza necesita emanar de nuestras vidas y ser inseparable de nuestra fe Católica! Mientras cuidamos de aquellos a nuestro alrededor, esforcémonos por ser un reflejo amoroso de la presencia de Dios. Sí, sabrán que somos Cristianos por nuestro amor. Pero mientras vivimos como un Pueblo Pascual en esperanza en medio del COVID-19, ¡también sabrán que somos Cristianos por nuestra fe y nuestra esperanza en Cristo!