Por El Padre Anthony Dao

Durante una ceremonia en frente de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en la Fiesta de la Ascensión del Señor, el jueves 9 de mayo de 2024, el Papa Francisco emitió un Decreto anunciando el Año Santo 2025 bajo el título “Spes Non Confundit-La Esperanza no defrauda” (Rom 5:5).

En 25 párrafos presenta la esperanza como los deseos de nuestra vida, en que esperamos y deseamos que pasen cosas buenas, aunque no sabemos lo que el futuro pueda traer. Les desea a los que se sienten desanimados, pesimistas y cínicos sobre el futuro; aquellos que quizás no sientan mucha felicidad en la vida, que reciban la Palabra y la Misericordia de Dios para ayudarles durante el Año Santo encontrar motivos para tener verdadera esperanza.

Globalmente, el decreto del Papa llamó a todas las naciones a poner fin a la tragedia de las guerras. Todas las personas deberían recordar que aquellos que siembran la paz son llamados hijos de Dios.

Spes Non Confundit también les recordó a las personas que la protección de la Creación es la responsabilidad de todos, continuando con el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación el 11 de septiembre de 2024.

A nivel social, en Spes Non Confundit el Papa nos llama a dar cuidado especial a los marginalizadoslos pobres, los prisioneros, los migrantes, los enfermos, los ancianos, los jóvenes afectados por las drogas y la corrupción de la sociedad. Pidió el perdón de las deudas para los países pobres, promovió la belleza de la vida y el gozo de los padres que traen niños al mundo.

A nivel religioso, el Papa expresa una creencia fuerte que la misericordia de Dios está aquí y es ahora. Por medio del Sacramento de la Reconciliación, podemos sentir y tocar el amor de Dios.

También expresó el deseo de que, durante este Año Santo, haya una celebración ecuménica, en que todos los cristianos se reunan para compartir el mismo amor por la salvación de Jesús. En el espíritu de solidaridad, todos los cristianos bautizados podrán compartir las nuevas señales visibles de la evangelización, y ser testigos de la presencia de Dios en el mundo.

La paciencia es una virtud necesaria para el Año Santo. En este tiempo del internet, la rapidez es valorada más que la paciencia; la paciencia no tiene lugar para crecer. Pero si tenemos paciencia podemos apreciar el cambio de las estaciones y de las cosechas, observar la vida de los animales y sus ciclos de crecimiento, y gozar la claridad de la visión de San Francisco cuando le llamó al sol ‘hermano’ y la luna ‘hermana.’

La Declaración de un Nuevo Año Santo

El Papa, después de dar una breve historia del Año Santo, dijo: “Apoyado en esta larga tradición y con la certeza de que este Año Jubilar será para toda la Iglesia una intensa experiencia de gracia y de esperanza, dispongo que la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, se abrirá a partir del 24 de diciembre del corriente año 2024, dando inicio así al Jubileo ordinario.”

Se nota que existen dos tipos de Años Santos: uno es ordinario, y el otro extraordinario. Un Año Santo Ordinario, que también se conoce como Jubileo, toma lugar cada 25 años.

Un Año Santo extraordinario es para una ocasión especial, por ejemplo, cuando el Papa Francisco declaró el Año de la Misericordia en 2016 para enfatizar su deseo de presentar la Iglesia como misericordiosa y acogedora y no distante.

¿Qué es un Año Santo?

En la tradición católica, un Año Santo es un gran evento religioso. Es un año de perdonar el castigo debido al pecado. Es un año de reconciliación entre adversarios o enemigos. También es un año de conversión y recibir el Sacramento de la Reconciliación. Así nacen la solidaridad, la esperanza, la paz, la justicia y el amor.

El Año Santo en el Antiguo Testamento

El Año Santo no está “hecho por hombres,” o sea creado por los seres humanos para dar más solemnidad o crear más celebraciones. El origen del Año Santo se puede encontrar en el Antiguo Testamento.

Levítico 25:8-14 dice:

“Después de pasadas siete semanas de años. Entonces, en el décimo día del séptimo mes, que resuene el cuerno de carnero; en este, el Día de la Expiación, resonará el toque de cuerno en toda tu tierra.

El año cincuenta será para ustedes un año sagrado Proclamarás la libertad en la tierra para todos los habitantes del país. Será para ustedes el Jubileo, en el que cada uno volverá a su propiedad, cada uno a su familia

Este año cincuenta será para ustedes el Jubileo. No sembrarán ni segarán los rebrotes, ni vendimiarán la viña sin cultivar,

Pues es año jubilar. Será para ustedes un año santo en que comerán de lo que el campo produce por sí solo.

Este año jubilar, cada uno volverá a su propiedad.

Por eso, si venden o compran algo a tu prójimo, no lo engañen.”

Viendo las fotos en YouTube, con frecuencia vemos una imagen de un Rabino Judío con una trompeta anunciando este año especial, esta trompeta, hecho del cuerno de un chivo, llamado yobel en hebreo, significa gozo. De la palabra yobel viene la palabra Jubileo.

El Año Santo en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, Jesús se presentó como el que cumple con el Jubileo antiguo, porque Él vino a “proclamar el año del favor del Señor,” Isaías 61:1-2 proclamó:

“El espíritu del Señor está sobre mí Porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor; un día de vindicación para nuestro Dios; a consolar a todos los que están de duelo.”

En el evangelio de Lucas (4:18-19), Jesús habla más claramente sobre Sí mismo, quien lleva el Año Santo al pueblo:

“El espíritu del Señor está sobre mí, Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.”


El Padre Anthony Dao es un sacerdote diocesano jubilado y ex Vicario Foráneo