Por Natalie Romano

Es una cosa visitar el lugar de entierro de San Bernardino, tocayo de nuestra diócesis.


Es otra cosa regresar a casa con su reliquia.


Sin embargo, eso es lo que le pasó al Obispo Alberto Rojas durante una reciente peregrinación del jubileo en Italia.


“Tuvimos el honor de celebrar la Misa juntoa su tumba en L’Aquila y el párroco nos dio una reliquia que vamos a atesorar,” dijo el Obispo Rojas. “San Bernardino de Siena era un sembrador de la paz y un siervo humilde de Dios quien se negó a hacerse un obispo tres veces pero finalmente aceptó bajo la obediencia y para la mayor gloria de Dios.”


Ahora, por primera vez, la diócesis oficialmente tiene esta pieza clave de su historia. El fraile italiano del siglo XV fue tan venerado que la diócesis, el Condado de San Bernardino y su ciudad más grande fueron nombrados en su honor.


El proceso de adquirir la reliquia se concretó rápidamente. Casi 50 católicos locales viajaban con el Obispo Rojas del 11 al 22 de marzo para marcar el Jubileo cuyo lema es “Peregrinos de Esperanza” pero poco sabían que algo más se estaba desarrollando.


Antes del viaje, los líderes diocesanos habían solicitado reliquias de San Bernardino del arzobispo local pero no se les había garantizado que las podrían obtener.


El 16 de marzo, antes de la liturgia en la Basílica de San Bernardino, le dieron las buenas noticias al Obispo Rojas. Sin compartir las noticias, siguió a celebrar la Misa. Después de eso, la sorpresa finalmente se reveló cuando el párroco de la basílica le presentó una reliquia de primera clase de la carne de San Bernardino y una reliquia de tercera clase de un pedazo de algodón tomado de su cofre. El Diácono Guadalupe Ramírez se dirigió a sus hermanos peregrinos con asombro.


“Podía ver en sus caras, que ellos estaban tan emocionados como yo,” dijo el Diácono Ramírez de la Iglesia Católica de San Antonio en Upland. “…Luego me conmovió…darme cuenta de que éramos parte de este [momento histórico] muy importante en nuestra diócesis.”


Existen tres diferentes clases de reliquias católicas; las reliquias de primera clase consisten en parte del cuerpo del santo; las de segunda clase consisten en un artículo que el santo utilizó durante su vida o de tercera clase consisten en un objeto que tocó el santo. Las tres clases típicamente se colocan dentro de un “relicario” de metal e vidrio como lo fueron las nuevamente adquiridas reliquias de San Bernardino.


Densy Chandra, quien organizó la peregrinación para la diócesis, consideró importante incluir L’Aquila a pesar de estar a horas de los destinos tradicionales del Jubileo. Chandra dice que intentó visitarla hace años, pero la mayor parte de la ciudad estaba cerrada debido a las reparaciones tras el terremoto.


Ese mismo temblor de 2009 provocó una inspección de la tumba de San Bernardino, y fue entonces cuando se recogieron las reliquias. Chandra afirma que la espera valió la pena.
“La recepción fue increíble”, describió Chandra. “El coro de jóvenes cantó como ángeles… Pudimos ver el cuerpo incorrupto (bien conservado) de San Bernardino, que se custodia en un mausoleo… [El personal de la basílica] tomó nota de cada uno de nuestros nombres y quedarán inscritos en su libro de historia… Nos sentimos realmente especiales…”


Al finalizar el día, el Obispo Rojas tomó posesión de las reliquias y, durante el resto del viaje, las mantuvo bajo llave en su habitación de hotel, impidiendo la entrada a nadie, incluido el servicio de limpieza. Luego, él mismo llevó el preciado cargamento a casa.


Las últimas incorporaciones elevan a 14 el número total de reliquias de la diócesis, pero no son las primeras reliquias de San Bernardino que llegan aquí. Hay otra en la parroquia que lleva su nombre en San Bernardino, que suele guardarse en la sacristía. La directora del Archivo Diocesano, Arlene Gutiérrez, afirma que cualquier otro detalle es un misterio, ya que no existe documentación oficial escrita de la reliquia.


Este no será el caso en esta ocasión. Gutiérrez creará un registro detallado para los archivos y preservará las reliquias, cuando no estén expuestas, en una sala con temperatura controlada. El proyecto le entusiasma a Gutiérrez como historiadora y católica.


“Es una parte maravillosa de nuestra identidad Católica,” dijo Gutiérrez. “Estos santos fueron personas normales como tu y yo, pero lograron mostrar lo mejor de ellos mismos. Son un ejemplo para todos nosotros, todos podemos convertirnos en santos. Es eso por lo que nos estamos esforzando.”


San Bernardino fue un sacerdote italiano y misionero franciscano durante el siglo XV. Era conocido por ser un predicador energético y alegre, viajaba alrededor del país luchando contra el paganismo.


El “Apóstol de Italia” era devoto al Santo Nombre de Jesús y elaboró un monograma con el sol ardiente y las letras IHS, que son las tres primeras letras del nombre de Jesús en griego. San Bernardino mostraba el emblema durante sus sermones y animaba a los católicos a hacer lo mismo arriba de las puertas de entrada de sus casas. El monograma del IHS todavía se puede ver en parroquias de hoy.


Con el tiempo, las reliquias también se podrán ver. Monseñor Gerard López, S.T.L. Vicario General de la diócesis, hizo la sugerencia de que la diócesis buscara los artefactos y escribió la carta formal. Dijo que las reliquias se expondrán en diferentes parroquias para que los fieles veneren a San Bernardino y pidan su intercesión.


“Es bueno tener una conexión física con estos santos,” explicó Monseñor López. “Es parte de nuestra naturaleza humana querer eso, en vez de solo una imagen mental intelectual. Una reliquia es una manera muy tangible de recordar a alguien.”


La diócesis no pagó por las reliquias, pero los peregrinos ofrecieron una donación en gratitud. El Diácono Ramírez dice que fue bendecido en tener esta experiencia.


“Pensar que un pedazo del cuerpo del maravilloso santo ahora es parte de nuestra diócesis, ver el gozo y la expresión de sorpresa en la cara del Obispo Rojas, todo fue parte de como me sentí…todo el viaje ha sido una experiencia sobrecogedora.”


Natalie Romano es una galardonada escritora independiente que reside en el sur de California.