Mientras se acercaba al umbral de la Basílica de San Pedro, uniéndose a miles de peregrinos que viajaban a Roma para el Jubileo 2025, Wilfredo Aguirre pausó y puso su mano sobre la Puerta Santa de bronce antes de pasar por ella.
Este momento de oración y reverencia fue profundamente emocional, dijo Aguirre, un feligrés de la parroquia de El Santo Nombre de Jesús en Redlands y Director de Abogacía y Justicia para Inmigrantes para la Diócesis.
“Era muy alta y ancha, y en su marco tenía una guirnalda de flores frescas,” dijo Aguirre de la Puerta Santa. “Había un profundo sentido de gratitud al estar ahí.”
Aguirre hizo su peregrinación a Roma con sus padres, su esposa y sus suegros. El viaje ya se había estado planeando antes de que los detalles del Jubileo se hicieron públicos, pero pronto ajustaron su itinerario para comenzar su viaje a Italia con la apertura de la celebración. “Comenzamos a planear alrededor del Jubileo,” dijo él. “Fue muy emocionante saber que íbamos a estar ahí al comienzo.”
El Año Jubilar comenzó oficialmente con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro el 24 de diciembre. Aguirre y su familia estuvieron en la Basílica un día después, el Día de Navidad.
Algunos peregrinos simplemente pasaron por la puerta de San Pedro a pie como si estuvieron llegando a la Misa, dijo Aguirre, pero muchos se arrodillaron en el umbral y pasaron por la puerta de rodillas. Una vez adentro, él y su familia inmediatamente fueron a la Confesión y pasaron tiempo en Adoración al Santísimo Sacramento antes de participar en la Misa. Al seguir esta secuencia y cumplir con otros requisitos, ellos recibieron una Indulgencia Plenaria, que remite el pecado temporal debido por pecados que ya han sido confesados y perdonados.
La belleza y majestad de la Basílica de San Pedro, la Iglesia más grande en el mundo, inspiró un sentido profundo de la presencia de lo Santo para Aguirre y su familia. “Es difícil detener las lágrimas cuando estás ahí, con todas las emociones que estás sintiendo.”
Ese mismo día Aguirre y su familia tenían asientos en primera fila en la Plaza de San Pedro mientras rezaban el Ángelus con el Papa Francisco. Dijeron que el Santo Padre mostraba señales de sus 88 años de vida pero también reflejaba la luz de la santidad. “Todos estábamos hablando de la gran bendición que fue poder verlo.”
Aguirre llevaba con él Rosarios especiales del Jubileo que fueron bendecidos por el Santo Padre durante el servicio de oración. Les regaló estos Rosarios a sus colegas en el Departamento Diocesano de Vida, Dignidad y Justicia.
Reflexionando sobre su peregrinación, Aguirre dijo que fue inspirado por las multitudes grandes y diversas en Roma.
“Me recordó que no estamos solos en este camino,” dijo él. “Todos estamos trabajando juntos por avanzar.”