En un mensaje emitido a los fieles en la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe el Obispo Alberto Rojas instó a los católicos locales a ver la crisis migratoria como “primero una cuestión de compasión, misericordia y amor Cristiano.”
El mensaje del obispo viene en medio de un creciente miedo y ansiedad en la comunidad inmigrante tras la elección el 5 de noviembre de Donald Trump como el siguiente presidente de la nación. Durante su campaña, el presidente electo Trump declaró que su administración se apresuraría en deportar a los 12 millones de inmigrantes indocumentados que se estima viven en los estados unidos y que utilizaría tácticas agresivas de aplicación en ese esfuerzo.
Además del mensaje episcopal, los líderes de los ministerios diocesanos han convocado varias reuniones para delinear planes para apoyar y acompañar a los inmigrantes durante la nueva administración presidencial. Los líderes diocesanos se reunieron con representantes de los grupos de abogacía CHIRLA, Congregaciones Inland Unidas para el Cambio (ICUC por sus siglas en inglés), el Centro Legal TODEC, y los Servicios Comunitarios de San Bernardino. Caridades Católicas de los Condados de San Bernardino y Riverside también se unió a la discusión.
Varios de los grupos están preparados para ofrecer talleres de “conoce tus derechos” en las parroquias como un primer paso en la respuesta diocesana. En dos reuniones diferentes con los sacerdotes de la diócesis en noviembre y diciembre el Obispo Rojas expresó que quisiera ver que estos talleres se ofrezcan en el mayor número de parroquias posible.
Otro esfuerzo que creció de estas primeras reuniones fue la formación de ministerios de respuesta rápida al nivel parroquial y de los vicariatos. Estos ministerios serán guiados por un grupo de diáconos e incluirán ministros laicos parroquiales. Se enfocarán en el ministerio de respuesta crítica a aquellos que han sido afectados por las acciones de aplicación. La meta de la diócesis es un mínimo de un ministerio de respuesta rápida en cada uno de los seis vicariatos.
“Las personas están viniendo aquí por que temen por sus vidas,” dice el Diácono Octavio Echevarría, quien coordinará el ministerio de respuesta rápida en el Vicariato de San Bernardino. “Necesitamos cuidar de ellos y ayudar de cualquier manera que podamos.”
El Diácono Echevarría dice que se alegra al ver a los diáconos tomar un papel de liderazgo en el esfuerzo de respuesta a los migrantes porque son al mismo tiempo clérigos y están conectados a las vidas de las personas ordinarias por su experiencia de la vida familiar.
El Obispo Rojas también animó a los sacerdotes a expresar su apoyo pastoral por las comunidades migrantes asustadas en sus homilías y otras oportunidades para declaraciones públicas. A continuación, incluimos el mensaje completo del Obispo Rojas del 12 de diciembre:
Queridos amigos, ¡Paz y bienestar para todos!
Varias de nuestras comunidades inmigrantes están viviendo con mucho miedo después de la elección presidencial del mes pasado.
A nuestros hermanos y hermanas migrantes, quiero decirles de la manera más atenta posible que la Iglesia Católica está con ustedes. Somos conscientes de sus sufrimientos, sus miedos y sus frustraciones y queremos caminar con ustedes. Nuestras parroquias siempre serán lugares de ayuda, refugio y acompañamiento; ustedes no están solos.
Mantengamos encendida la luz de la esperanza en nuestros corazones mientras pasamos por este tiempo de oscuridad.
En el Evangelio de Mateo el Señor nos enseña que nuestra fe y amor a Dios se medirán en como tratamos a los más vulnerables entre nosotros. ¿Reconocemos a Jesús en el rostro de nuestros hermanos y hermanas migrantes?
Muchos se preocupan por el respeto de la ley y la seguridad en nuestras fronteras, y eso es entendible. Pero nuestra Iglesia siempre ha abogado por una reforma migratoria comprensiva.
Y la crisis para nosotros es primero una cuestión de compasión, de misericordia y amor cristiano.
En este tiempo de Adviento y Navidad, recordemos que también la Sagrada Familia tuvo que sufrir el problema de la migración. San José, la Virgen María y el niño Jesús tuvieron que dejar su país, soportando terribles dificultades para protegerse y salvar sus vidas.
Que la Sagrada Familia interceda por ustedes, y sigamos orando para que reine la justicia y el respeto por la vida en todas sus etapas.
Muchas gracias y que Dios les bendiga siempre.