Por Natalie Romano


Cuando reza el rosario, Daniel Romero quien tienen nueve años, necesita un poquito de ayuda para comenzar, pero luego pronto puede tomar las riendas…en latín. Mañana quizás sea en español o en inglés. Las palabras, sin importar el idioma, fluyen con facilidad porque rezar el rosario es una costumbre familiar. Daniel dice que lo hace sentirse bien.


“Siento que estoy en paz con Dios,” dijo el estudiante de cuarto grado. “Siento que he hecho feliz a Dios. Me hace sentir bien.”


Sentir esa conexión es una parte esencial del Mes del Santo Rosario. Es un tiempo para que los Católicos hagan lo que María les pide; se acerquen a Jesús por medio de las meditaciones sobre los misterios de Su Vida, Muerte y Resurrección. En octubre, nos enfocamos en el Rosario, conocemos a tres familias de nuestra diócesis que hacen de esta devoción una piedra angular en su vida familiar y su vida de fe.


Rezar el Rosario es segunda naturaleza para Rosalba y Javier Borja que sirven como los colaboradores del Vicariato del Lado Oeste con la Oficina de Pastoral Matrimonial y Familiar. La pareja también sirve como voluntarios para el Ministerio del Encuentro Matrimonial en su parroquia, la Iglesia Católica de Santa María en Fontana. Tienen siete hijos de edades 11 a 31 años de edad, pero de alguna manera logran rezar el Rosario varias veces a la semana. A veces es para celebrar alguna fiesta otras veces es para buscar ayuda en una crisis, pero siempre se reza con reverencia.


“Es parte de nuestras enseñanzas, de nuestra herencia,” dijo Rosalba Borja. “Le digo a mis hijos, aprendan el Rosario, aprendan a orar, lo que tienes en tu corazón y tu mente nadie te lo puede quitar…Para nosotros, es un gozo que nuestros hijos rezan el Rosario.”


¿No tiene un rosario? No hay problema en la casa de Mayra y Gonzalo Romero. La pareja de Perris siempre está preparada con suficientes rosarios extras y los comparten. A los Romeros los encontrarás rezando con sus hijos todos los días, ya sea en el altar de su casa, en el jardín o aun en el carro en ruta a la práctica de taekwondo.


“Vivimos una vida muy ocupada como cualquier otra familia,” dice Gonzalo Romero. “Pero si queremos enseñarles a nuestros hijos a vivir nuestra fe, tienen que entender la fe y no hay mejor manera que a través de la repetición.”


El rosario mismo es un sacramental hecho de un crucifijo, una medalla y 59 piedras, cada una simbolizando una oración como el Padre Nuestro o el Ave María.


Los Católicos utilizan el rosario para reflexionar sobre la vida de Jesús quien al final hace que la salvación sea posible.


Para Mayra Romero, el rosario es un arma para el bien.


“Yo creo que el Rosario es una de las armas más poderosas contra el diablo,” dijo Mayra Romero. “Siempre está atacando a las familias; él siempre está atacando a los jóvenes. Mamá María nos protegerá. Ella nos guiará.”


El Rosario también es una devoción diaria para la familia Cox. Lisa y Steven junto con sus seis hijos de edades 9 a 22 años son parroquianos activos de El Santo Nombre de Jesús en Redlands. Como Mayra, Lisa enseña en casa a los cinco de sus hijos que todavía viven en casa. La oración siempre es parte del currículo.”


“El mundo con mucho gusto les enseñará otras cosas,” dijo Lisa Cox. “A nosotros se nos ha dado la responsabilidad de enseñarles los caminos de Dios…El Rosario dirige a nuestra familia hacia Dios.”


Mientras que estas familias se dedican a rezar el Rosario, muchos Católicos no lo hacen de acuerdo a una encuesta de 2008 hecha por el Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado. Entre los Católicos que participan en la Misa regularmente, 23 por ciento dicen que rezan el rosario semanalmente mientras que 28 por ciento dicen que lo rezan poco o nunca. Adicionalmente, casi una mitad de todos los Católicos reportaron que nunca rezan o raramente rezan el Rosario. Estas estadísticas no le sorprenden a Cox.


“Creo que muchos de los dones que la Iglesia nos ha dado se perciben como cargas,” dice Cox. “Si las abrazáramos, hay muchas bendiciones que vienen con ellas. La Iglesia tiene tanto conocimiento y sabiduría.”


Mientras que el Rosario fortalece la fe de la familia Cox, también fortaleza su unión. Aun cuando Steven viaja para el trabajo la familia ora junto por teléfono.


“A veces podemos ser una familia ruidosa y loca pero el Rosario nos ayuda a centrar nuestras vidas y nos reenfoca,” se ríe Cox. “Le doy todo el crédito a Mamá María porque ella nos ha tejido juntos. Es por eso, que siento que tengo una relación muy cercana con mis hijos.”


Edgardo Juárez, Director Asociado de Misión e Identidad Católica para la Oficina Diocesana de Escuelas Católicas, dice que el mes de octubre es un tiempo maravilloso para que los padres, como “catequistas principales,” renueven su compromiso a rezar el Rosario con sus hijos. El sugiere elaborar un espacio especial para la oración.


“Los niños son muy visuales así es que hagan un altar en casa donde ellos puedan ir y ofrecer flores a María o rezar el Rosario,” dijo Juárez. “Los Padres a veces piensan que tienen que hacer cosas grandes, pero está en los gestos pequeños de fe y hacerlos con constancia que hace la diferencia…Tenemos que ser intencionales.”


Tanto la familia Borja como la familia Cox les enseñaron a sus hijos el Rosario unas décadas a la vez para no abrumar a los niños más pequeños. Para mantener el interés, la familia Romero utiliza música y le asigna a cada niño una parte. David desarrolló su propio método para permanecer presente.


“Me distraigo mucho,” admitió el muchacho de 15 años. “A veces para realmente enfocarme en lo que estoy diciendo, me enfoco en los movimientos de mi boca. Cuando me distraigo, digo ‘No, ¡regresa!”


Su hermana mayor, Amy, es estudiante en la Universidad Cal Baptist en Riverside pero con sus amigos Católicos y su rosario favorito de ametista ha encontrado una manera de permanecer arraigada en sus raíces.


“Tenemos un grupo Católico clandestino,” dice Amy, de 18 años de edad. “Todos nos reunimos y tratamos de rezar el Rosario todos los días si nuestros horarios nos lo permiten…Comenzar mi día con el Rosario me hace sentirme muy bien.”


Las tres familias están participando en las actividades del Mes del Santo Rosario incluyendo vigilias de oración en la parroquia y Caminatas del Rosario. Cox espera que las celebraciones lleven a las familias a María y al Rosario.


“Si nuestra meta final es que nuestros hijos lleguen al cielo ella nos guía ahí. Ella nos da las gracias necesarias para la salvación.”


Natalie Romano es una galardonada escritora independiente que reside en el sur de California.