El 27 de enero, más de 10 comunidades étnicas dentro de la Diócesis de San Bernardino se reunieron en la Misa del Migrante para celebrar la diversidad y, por medio de una nueva tradición anual, comprometerse a caminar juntos en Cristo.

“Esta nueva tradición es para inspirar la construcción de la comunidad,” dijo Wilfredo Aguirre, Director de Abogacía y Justicia para Inmigrantes. “Realmente quiero que comencemos a caminar juntos, respetando nuestras diferentes culturas, pero a la vez caminando unidos en Cristo.”

La Misa Diocesana del Migrante fue celebrada por el Obispo Emérito Gerald R. Barnes en la Catedral de Nuestra Señora del Rosario en San Bernardino. Este año, el lema de la campaña nacional es “Libre de escoger entre migrar o quedarse.” De acuerdo con la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés), el lema llama la atención a la convicción que las personas tienen el derecho de no migrar y si una persona escoge migrar debería de ser por libre elección no por necesidad.

“En esta comunidad, si caminamos juntos, entonces podemos celebrar en solidaridad,” dijo Aguirre. “Esta es una oportunidad para nosotros como migrantes de reflexionar sobre la situación de las personas que acaban de llegar y construir solidaridad a través de nuestros diferentes grupos para que podamos darle la bienvenida a aquellos que acaban de llegar.”

La Misa del Migrante se enfoca en la importancia de la migración en el mundo, los estados unidos y dentro de nuestra Diócesis. Tradicionalmente, la Misa del Migrante incluye oraciones y cantos en varios idiomas, vestuarios tradicionales y comidas de diversas culturas en la recepción. Además de estas tradiciones, la Misa del Migrante de este año comenzó una nueva tradición de presentar, compartir y regalar una estatua de un santo patrono de una comunidad cultural a otra.

Esta tradición llama a todas las comunidades étnicas que participan en la Misa del Migrante a investigar y escoger un santo de su país natal que representa y puede ser un símbolo de esa comunidad. Después de escoger su santo patrono, se le invitó a cada comunidad a obtener una pequeña estatua o imagen de ese santo y escoger a dos personas para presentarla durante la Misa.

Al comenzar la Misa del Migrante, cada comunidad étnica, vestida en atuendo tradicional, procesó orgullosamente cargando la estatua o imagen de su santo y la colocó en el altar para una bendición especial por el Obispo Barnes.

Sin embargo, la nueva tradición no concluyó con la bendición del Obispo Barnes sobre las estatuas, continuó durante la recepción, con el intercambio entre las culturas. En la recepción, cada comunidad étnica presentó una página de investigación sobre su santo y describió las diferentes maneras correctas de venerar a ese santo. Las presentaciones mostraron de manera maravillosa la historia, creencias y costumbres diversas de cada cultura.

Después de que se leyeron todas las presentaciones, cada comunidad étnica le regaló su estatua/imagen a otra comunidad étnica que fue escogida por la Oficina Diocesana de Abogacía. Luego se les pidió a las comunidades a quedarse con la estatua/imagen regalada todo el año hasta la próxima Misa del Migrante en enero. También, se les pidió a las comunidades que llevaran la estatua/imagen con ellos durante el año a diferentes Misas para ser bendecida, venerada y para compartir el significado de la estatua/imagen.

“Esta tradición se enfoca en construir relaciones entre estas comunidades para poder fomentar esa relación y seguir adelante con vivir en solidaridad y caminar juntos en Cristo,” dijo Aguirre.

Esta tradición continuará el año siguiente con una pequeña ceremonia antes de la próxima Misa del Migrante en la cual cada comunidad étnica le devolverá la estatua/imagen de su santo patrono a su comunidad originaria. Luego, cada comunidad se preparará para regalar la estatua/imagen de su santo patrono a otra comunidad en la Misa del Migrante de enero de 2025.