Dao_Rev_Anthony.jpgCuando estaba en el seminario, una de las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino que más me gustó fue “In medio virtus stat: La virtud se encuentra en el centro.” La virtud está en lo moderado, en el equilibrio.
 Soñé con llegar a ver a una persona con verdadera visión. Por supuesto, todas las personas, especialmente los líderes, tienen su propia visión. Diciendo que estos líderes tienen visión, no los hace especiales, se supone que tienen una visión para planificar, dirigir, cumplir y vivir.



 También soñé con ver a alguien con las virtudes asiáticas. La mayor virtud de los asiáticos es “La virtud de la caridad”. El amor es la medida para valorar el carácter de una persona. La persona sin amor, a pesar de que pueda ser buena en la administración, en la gestión o en la recaudación de fondos, no se le considera grande en las culturas de Asia. Una persona valiosa debe amar a las personas, mirar a todos como hermanos y hermanas, abrir su corazón para dar la bienvenida a los pobres y a las personas que realmente están en necesidad.
 Cuando yo fui creciendo, ansiaba ver líderes con fe fuerte y con confianza en sus compañeros de trabajo, capaces de delegar en los demás y dejarlos hacer su trabajo, pues no es necesario controlarlo todo. Aunque estos líderes necesiten saber lo que está sucediendo a su alrededor.
 Luego llegué a la Diócesis de San Bernardino. Como muchas otras personas, me encantó ver su crecimiento. A veces, me sentí abrumado viendo el rápido crecimiento del pueblo católico en esta área. Según se cita en la edición de julio de 1978 en el diario Southern Cross de la Diócesis de San Diego, “esta nueva Diócesis de San Bernardino tiene 85 parroquias y 235.665 feligreses”. Hoy en día, la población católica es de más de 1,7 millones de personas. Por supuesto, aunque es un buen problema, más gente significa, más necesidades, más demandas y más desafíos. Quizás la realidad de esta diócesis refleja la realidad de la Iglesia universal.
 El pastor de esta diócesis, el obispo Gerald Barnes, siempre abre los brazos para dar la bienvenida a todas las personas. Aunque es de origen hispano, su amor a los otros grupos étnicos es visible sin olvidar a los anglosajones. Todas las razas comparten las mismas bendiciones de acuerdo a sus necesidades. Todas las personas de todos los grupos tienen la oportunidad de servir y liderar.
 Como ex rector del seminario, le encanta la educación y la formación. El PMFP, EL CMFP, y todos los diferentes tipos de talleres sobre liturgia, sobre ambiente seguro, sobre gestión, sobre ministerios, sobre la formación de la fe, sobre la administración, sobre la promoción y divulgación, etc. expresan esta pasión por la formación.
 Muchos sacerdotes que vienen de África, Asia, Europa y América Latina han sido bien recibidos y se sienten como en casa en esta diócesis. Más seminaristas jóvenes han sido ordenados sacerdotes. Con estos candidatos, el obispo Barnes afianza su compromiso y su voluntad de servir. Es evidente que hace dos mil años Jesús pidió las mismas virtudes a sus discípulos.
 Un buen líder no está solo. Él necesita a los compañeros de trabajo para acompañar al pueblo en la viña del Señor. Un gran hombre no vive solamente la vida de la caridad, necesita que otras personas a su alrededor compartan el mismo sueño. Todos estamos llamados a compartir con él este sueño. ¿Estás listo?


Padre Antonio Dao es el Pastor de la Parroquia de Santa Catalina de Alejandría en Temecula.