RANCHO CUCAMONGA—“¡Es glorioso! Es como casarse de nuevo.

 Pero esta vez Juan Cruz no se puso en un anillo de bodas. En su lugar, se puso una estola sagrada y se convirtió en un diácono.

 Cruz fue uno de los siete hombres ordenados al diaconado de la Diócesis de San Bernardino por el Obispo Auxiliar Rutilio del Riego, el 21 de noviembre en la Iglesia del Sagrado Corazón en Rancho Cucamonga.

 Una multitud de 1,400 abarrotó la iglesia para ver a Cruz, Ayed Khader, Alfonso Martínez, Marcos Martínez, José Moorman, Guadalupe Ramírez y Armando Servín convertirse oficialmente diáconos permanentes.

 Su ordenación viene después de cuatro años de entrenamiento formal y, en muchos casos, años de búsqueda del alma.

 “Pasé alrededor de tres a cuatro años pensando en esto. Sentí un tirón, como que algo estaba allí “, explicó Marcos Martínez.

  Durante la formación, ese tirón espiritual necesita un empujón de diácono a sacerdote.

  Igualmente importante para el proceso eran las esposas de los hombres; Deborah Cruz, Dina Khader, María Elena Martínez, Emily Martínez, Mónica Moorman, María Ramírez y Yolanda Servin.      

SAN BERNARDINO—El Obispo Barnes da inicio al Jubileo de la Misericordia con una Misa en la Catedral de Nuestra Señora del Rosario

 Exhortando a los fieles de la diócesis a renovar su compromiso tanto a recibir como a mostrar la misericordia de Dios, el Obispo Barnes dio inicio al Año de la Misericordia en la Diócesis con una Misa de apertura el 8 de diciembre, la Fiesta de la Inmaculada Concepción. 

 Católicos de todas partes de la Diócesis llenaron hasta su capacidad la Catedral de Nuestra Señora del Rosario en San Bernardino para la especial liturgia diocesana, la cual tuvo lugar el mismo día en que el Papa Francisco dio inicio al Jubileo con una Misa en la Basílica de San Pedro en Roma. 

 La Misa de las 6 de la tarde comenzó con una procesión con velas encendidas del salón parroquial al costado de la Catedral donde se ubicó la Puerta Santa, la cual había sido sellada en una ceremonia el 31 de octubre. Los fieles llenaron el patio de la iglesia mientras el Obispo Barnes se mantuvo de pie frente a la Puerta Santa. 

 “Este es el umbral del Señor”, proclamó. Entremos y recibamos misericordia y perdón”.

 El Obispo Barnes abrió luego la Puerta Santa y entró por ella llevando en alto el Evangeliario. Los asistentes entraron a la iglesia por la Puerta Santa y se abrieron también otras puertas como entradas. La Misa procedió en un formato bilingüe, inglés y español. 

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