Edgar Velasco tenía mucho de qué estar nervioso cuando entró a una reunión con el Director de Vivienda del Condado de San Bernardino el agosto pasado para hablar sobre la ayuda de alquiler para aquellos que fueron afectados profundamente por la pandemia del COVID 19.

Hablar sobre pólizas con líderes del gobierno era algo nuevo para él, y la reunión no era en su lengua natal de español. Sin embargo, él cree que Dios lo puso en esa reunión y le daría las palabras para poder comunicar sus objetivos.

“Le hicimos ver que podía hacer cambios para ayudar a las personas necesitadas,” dijo Velasco, un parroquiano de Nuestra Señora de Guadalupe en Chino, con respecto a la reunión. “Me conmovió tener la oportunidad de participar, de poder estar ahí y representar a las personas necesitadas.”

Velasco es uno de varios Católicos del Vicariato del Lado Oeste de la Diócesis que está recibiendo entrenamiento formal en el proceso de participación cívica de la Red de Organización de Comunidades del Inland (ICON por sus siglas en inglés). El grupo de organización comunitaria comenzó a trabajar con las parroquias del Lado Oeste por invitación del Obispo Gerald Barnes en 2017. Es fundado por una beca de tres años de La Campaña Católica para el Desarrollo Humano (CCHD por sus siglas en inglés), el programa anti-pobreza de los Obispos de los Estados Unidos. La beca se asigna en la cantidad de $60,000 al año.

La Hermana Hortensia del Villar, SAC, directora de Servicios Comunitarios y Programas de Ayuda, supervisa la concesión de subvenciones del CCHD en la Diócesis. Ella dice que grupos como ICON y ICUC proporcionan el conocimiento para ayudar a los Católicos a conectar su fe con el activismo sobre los asuntos de póliza pública que más están afectando a sus comunidades.

“Están dándole a las personas el poder de ser los agentes de cambio en sus vidas propias,” dijo la Hermana Hortensia.

La necesidad de que los fieles se conectaran con los que toman las decisiones en el gobierno se hizo sentir más con el comienzo de la pandemia con sus impactos devastadores en la salud y las finanzas. Se le encargó al Condado de San Bernardino difundir millones de dólares federales en asistencia de alquiler, pero requisitos burocráticos y complicados estaban impidiendo que muchos que estaban en peligro de evicción recibieran la ayuda que necesitaban.

Velasco estaba entre un pequeño grupo de católicos que conocieron a Gary Hallen, el Director de Desarrollo Comunitario y Vivienda del Condado de San Bernardino el 20 de agosto de 2021. La discusión llevó a que, en la siguiente distribución de fondos federales unos meses después, el Condado removiera varias barreras en el proceso de la aplicación que impedían que las familias pobres recibieran la ayuda de alquiler. Entre las lecciones aprendidas del entrenamiento de ICON, dijo Velasco, es que hay fuerza en números.

“Somos como peces en el mar,” dijo Velasco de su grupo de abogacía. “Es difícil que escuchen a uno, pero como grupo nos escuchan.”

“Las parroquias que han recibido entrenamiento regular de ICON incluyen Santa María, Fontana; Sagrado Corazón, Rancho Cucamonga; Nuestra Señora de Guadalupe, Chino; y Nuestra Señora de Guadalupe, Ontario. San Antonio, Upland; Nuestra Señora de Lourdes, Montclair; Santa Margarita María, Chino; y San José, Upland también han trabajado con ICON.
Mientras que la meta final frecuentemente es el cambio de póliza, un primer paso es hacerse preguntas y entablar un diálogo entre las comunidades parroquiales sobre los asuntos que más les están afectando, dice Rebecca Gifford, organizadora principal para ICON. Durante la pandemia estas consultas han revelado el costo emocional de la muerte, la enfermedad, la inestabilidad financiera y otros factores.

“Las parroquias han sentido el impacto,” dijo Gifford. “Las familias de bajos ingresos son muy afectadas; las condiciones se han vuelto más inestables a medida que los costos siguen aumentando.”

Después de que se han identificado los retos claves, se forman equipos de organización parroquiales y comienzan un estudio más detallado sobre los asuntos y cuáles son los factores sistémicos que llevan a las decisiones políticas. Velasco dice que asuntos como el hambre, la vivienda y la disponibilidad de la vacuna del COVID-19 ascendieron en la escalera de prioridad, él y el resto de su equipo parroquial fueron a encontrar recursos en la comunidad para responder a estas preocupaciones.

“Las personas nos buscan para recibir ayuda,” dijo él con orgullo.

Los párrocos de las parroquias del Lado Oeste están de acuerdo que el entrenamiento y el trabajo de organización comunitaria han ayudado a crear un sentido de unidad durante un tiempo difícil.

“La organización [comunitaria] nos seguirá empujando y recordándonos que tenemos que seguir trabajando en esto juntos,” dice el Padre Ed Gomez, Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en Chino. “Le da una oportunidad a la parroquia a hacer lo que está destinada a hacer desde el principio: ser el corazón de una comunidad viva.”

El Padre Gomez y otros ven una conexión entre el espíritu de la organización comunitaria y el actual Sínodo sobre la Sinodalidad, que enfatiza el diálogo y hacer preguntas como medios de reunir a la Iglesia. En el Sagrado Corazón en Rancho Cucamonga, el ministerio de organización comunitaria fue desarrollado conectando a ICON directamente con el equipo parroquial sinodal y las sesiones de escucha.

“La organización [comunitaria] me está ayudando a ver como este cambio de mentalidad en la Iglesia Universal puede ser posible-comenzando conmigo y con mi propia parroquia,” dijo María Eva Hernández, Coordinadora de Ministerio en el Sagrado Corazón. “Aunque parezca abrumador, sí se puede hacer.”