Por Ernesto Zamora
 
Las fiestas decembrinas usualmente vienen cargadas de emociones con expectativas de gozo y felicidad. Sin embargo, los deseos de tener una navidad alegre pueden ser afectados con sentimientos contrariados cuando al mismo tiempo sufrimos una pena por la muerte de un ser querido. Tan solo el deseo de participar en la alegría de estas fiestas nos puede hacer sentir culpables en nuestro luto. La persona en duelo razona que sus experiencias de alegría no serían compartidas con la persona que ya no está con nosotros o que en la experiencia de alegría estaríamos deshonrando su memoria. 
 
Además, la congoja por la muerte de un ser querido puede ser compleja para grupos familiares en los tiempos que ordinariamente celebramos bajo un guion de tradiciones y expectativas. Es común que sentimientos de ansiedad y tristeza se acumulen por semanas en los corazones de la familia en luto pensando que este año sus celebraciones serán dolorosas. Pero, con un poco de trabajo y empeño, ustedes pueden manejar sus sentimientos positivamente en preparación para sus tradicionales celebraciones decembrinas. Espero que las siguientes ideas los animen a seguir viviendo su duelo y a la vez celebrar la etapa navideña con más tranquilidad y paz. 
 
Comprometerse a participar solo en las celebraciones más significativas
 
Aislarse o sobre-comprometerse en las fiestas decembrinas pueden ser contraproducentes para la persona en luto. Es más apropiado un balance entre el “mantenerse siempre ocupado” y el tiempo en retrospección para eliminar estrés innecesario. Escojan solo aquellas celebraciones que tengan más valor para ustedes y donde tengan más control de sus sentimientos. 
 
Dense la oportunidad de vivir sentimientos contrariados 
 
Sentimientos de tristeza y alegría pueden coexistir. En esta contrariedad es cuando mejor podemos reconocer y validar nuestros sentimientos y, a la vez, llegar a apreciar el gran significado que el fallecido tubo en nuestras vidas. Repita lo siguiente para prepararse a sus fiestas: “!Sí, siento profunda tristeza!” ¡Sí, siento ansiedad por los sentimientos de nostalgia que pueda experimentar en las próximas fiestas!” “Pero, me daré el permiso de sentir gozo en presencia de seres queridos y sus expresiones de cariño con comidas favoritas y regalos” Extrañar y gozar en la misma celebración es algo que sucederá varias veces a lo largo de nuestras vidas.
 
Planeen las celebraciones haciéndolo saber a quienes participarán en ellas
 
Se puede determinar con anterioridad quien tomaría el papel que usualmente le correspondía al fenecido si él o ella tenía algún papel de líder como anfitriones, los que iniciaban los juegos familiares o el Karaoke, o los del guisado favorito. También ustedes pueden declarar una fiesta navideña libre de bebidas alcohólicas si se prevé que estas pudieran traer consecuencias negativas a quien buscara adormecer sus sentimientos con el alcohol. Los miedos de que algo salga mal serán menos si se planea la celebración en vez de que sea espontanea.
 
Ser paciente con usted y con los suyos
 
Sus sentimientos y procesos de duelo nunca serán iguales a los del resto de sus familiares. El duelo es usualmente una experiencia egoísta necesaria donde uno se vuelve hacia dentro de sí para sanar sus propias heridas. Que no se nos olvide que quienes viven con nosotros llevan sus propias formas de sanación. Mientras que el adulto puede pasar días de introspección, los pequeños y los adolescentes lo podrán hacer solo por minutos a la vez. Ustedes tienen el poder de no convertir sus fiestas navideñas en una experiencia intensa de su luto transferida a su familia. A la vez, ustedes encuentren sus propios espacios y tiempos para sanar siendo pacientes por la posible inhabilidad de funcionar óptimamente en esta temporada navideña. 
 
Honrar a la vez las tradiciones establecidas y la memoria del difunto
 
Las celebraciones se viven más harmoniosamente cuando se sigue el mismo patrón tradicional año tras año. Pero, por su luto este año es diferente. Es recomendable seguir las tradiciones que su familia ha establecido pero sin dejar pasar la realidad de su dolor de luto. Para ello, marque su celebración con un tiempo apropiado dedicándoselo a su ser querido fallecido; por ejemplo: comer su postre favorito, ver un video-tributo de su vida o, en oración, dar gracias a Dios por su vida y encender una vela en su honor colocándola en un lugar prominente de su hogar. Si esta es su primera navidad como huérfanos, tal vez haya llegado el momento de iniciar otras tradiciones reconociendo a nuevos patriarcas o matriarcas dentro de la familia.
 
El niño Jesús nació en sufrimiento de exilio fuera de un hogar y familiares. De la misma manera que la soledad y el frio de la noche buena fueron para María y Jose una paradoja de sentimientos encontrados, les deseo que ustedes puedan vivir su experiencia de luto sin hacer a un lado la paz y el gozo de celebrar el amor sin término que vivieron con su ser querido difunto y la buena nueva del nacimiento del Hijo de Dios. El sufrimiento de luto se quedará con ustedes cuanto sea necesario. Esta navidad no se repetirá de nuevo. Mis mejores deseos de que vivan intensamente este gran misterio en paz y armonía con los suyos. 
 
¡Feliz Navidad! 
 
Ernesto Zamora es capellán y ofrece acompañamiento espiritual a enfermos desahuciados y consejería pastoral a familias que han tenido una pena de muerte reciente en sus hogares. También trabaja en la preparación ministerial de adultos por parte del Centro de Religión y Espiritualidad de la Universidad de Loyola Marymount.