Por José Luis Elias 


 “Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó. Y Dios los bendijo… y vio Dios todo lo que había hecho y todo era muy bueno” (Gen 1, 27-28.31). Nuestra fe es bíblica y se remonta hasta las primeras páginas de la Sagrada Escritura. Ahí nos quedamos perplejos al ver que Dios hizo al hombre y la mujer a su imagen y semejanza, ¡qué acto tan extraordinario y hermoso! No cabe duda de que la vida humana es santa y bella, pues viene de ese acto creador lleno del amor de Dios. Jesús, nuestro Señor, encarnó ese misterio del amor de Dios y nos lo deja ver cuando dice a sus discípulos: “Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10b). La revelación bíblica tiene para el ser humano planes de vida plena y, no obstante, las limitaciones de la condición humana, la vida tiene una dimensión de eternidad. Estas son las “buenas noticias” del Evangelio y de la fe cristiana que la Iglesia le ofrece al mundo. 

 La Diócesis de San Bernardino, le recuerda a cada bautizado que tiene el privilegio y la responsabilidad de proclamar y testimoniar la belleza y santidad de la vida humana descrita por la Santa Escritura, por ello organiza los esfuerzos por honrar y proteger la vida humana en todos sus ministerios y comunidades parroquiales. La oficina diocesana de Respeto a la Vida y Cuidado Pastoral, en el Departamento Vida, Dignidad y Justicia es quien coordina los esfuerzos diocesanos en colaboración con la oficina de Educación y Formación ofreciendo el curso Santidad de la Vida Humana. Este curso está presente en la Diócesis desde sus comienzos cuando lo coordinaba la antigua Oficina de los Ministerios Católicos Provida (Pro Life Catholic Ministries) en el Departamento de Preocupaciones Sociales (Social Concerns).

  Desarrollando e implementando el curso “Santidad de la Vida Humana” en un modelo de colaboración, el Departamento Vida, Dignidad y Justicia crea oportunidades para continuar formando líderes y servidores que ayuden a sus comunidades y a todos los fieles de la Diócesis a asumir la responsabilidad de honrar y proteger la vida humana. El curso 2021 (abril-mayo), ha explorado, entre otros, los temas siguientes: las implicaciones prácticas en temas de la bioética, como el estatuto del embrión humano, la reproducción humana asistida, la clonación humana, las células madre, el aborto y las alternativas de sanación, la eutanasia, la pena de muerte, los temas del final de la vida y el consuelo ante la enfermedad y el sufrimiento, así como los temas relacionados con el amor humano, el matrimonio, la sexualidad, la planificación natural de la familia y una introducción básica a la teología del cuerpo. El curso se ofrece cada año y tiene como objetivo particular, que se establezcan o desarrollen en las comunidades parroquiales los ministerios de Respeto a la Vida. La Diócesis de San Bernardino sabe que una sociedad justa comienza con la promoción de una cultura de la vida que refleje los auténticos valores del evangelio y las enseñanzas de la Iglesia. 

 Existen muchas razones hoy para no olvidar la responsabilidad que los fieles tenemos de honrar y proteger la vida humana, mencionemos solo algunas que el mismo Papa Francisco ha destacado en su mensaje a los miembros de la Asociación Ciencia y Vida:La protección y promoción de la vida deben ser una prioridad en una sociedad marcada por la cultura del descarte. La ciencia y la tecnología no deben robar a la vida su maravilla y belleza. ¡Ciencia y tecnología al servicio de la persona y no la persona al servicio de la ciencia y la tecnología!El nivel de progreso de una civilización se mide por la capacidad de cuidar la vida y no por su capacidad tecnológica.Una sociedad es justa si reconoce como primario el derecho a la vida desde la concepción hasta su término natural. Hay muchos atentados contra la sacralidad de la vida humana: la plaga del aborto, el dejar morir a nuestros hermanos migrantes, la muerte en el trabajo por no respetar las mínimas condiciones de seguridad, la muerte por desnutrición, el terrorismo, la guerra, la violencia, la eutanasia... Los aliento, concluyó el Papa, a relanzar una renovada cultura de la vida, con horizontes de paz, misericordia y comunión. 

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José Luis Elias es el director de la Oficina de Educación y Formación.