Por Edgardo Juarez

Es evidente que la pandemia ha traído cambios: a nuestras vidas, familias, trabajos y comunidades. Los jóvenes se resisten a ser llamados “la generación COVID”, pero es innegable que sus necesidades físicas, emocionales y espirituales han sido afectadas por el confinamiento. Un estudio reciente del Centro Springtide Research encontró que el 40% de los jóvenes de 13 a 25 años en los EE. UU. Sienten que no tienen a nadie con quien hablar, lo que aumenta las tasas de estrés extremo*.Es evidente que la pandemia ha traído cambios: a nuestras vidas, familias, trabajos y comunidades. Los jóvenes se resisten a ser llamados “la generación COVID”, pero es innegable que sus necesidades físicas, emocionales y espirituales han sido afectadas por el confinamiento. Un estudio reciente del Centro Springtide Research encontró que el 40% de los jóvenes de 13 a 25 años en los EE. UU. Sienten que no tienen a nadie con quien hablar, lo que aumenta las tasas de estrés extremo*.

 Ahora más que nunca, los jóvenes necesitan personas confiables que los ayuden a navegar la vida en un mundo que poco a poco se reincorpora a la nueva normalidad. Hay jóvenes confundidos ante su futuro, que no están seguros de sus estudios o carreras profesionales, otros perdieron trabajos, o no han podido seguir sus estudios on-line. Algunos jóvenes padecieron la experiencia de enfermarse de covid y otros tuvieron algún enfermo en su familia o incluso pérdidas y duelos…  Muchos jóvenes han llorado solos al cruzar este túnel del confinamiento, y todavía no encuentran las respuestas. Cuánta falta hace un liderazgo católico que ofrezca una mano al joven. Los padres de familia, mentores, catequistas, líderes de la pastoral juvenil y todo aquel que desea acompañar a los jóvenes, sepan que pueden ofrecer espacios de diálogo para que los jóvenes procesen sus experiencias. En estos espacios, los adultos están desafiados a escuchar con el corazón abierto, ejercitando la empatía y el respeto. Este acompañamiento es esencial para comenzar a reconstruir su confianza en ellos mismos y en la vida. 

 Sabemos que el riesgo en los jóvenes de caer en las drogas, pandillas, depresión, estrés extremo, etc. se reduce significantemente cuando hay adultos en los que puedan confiar.

  La Oficina de Pastoral con Juventud Católica actualmente ofrece capacitaciones y entrenamientos virtuales para líderes de la pastoral juvenil en las parroquias. Este verano se capacitará alrededor de 50 agentes de pastoral juvenil a través del curso de especialización básica y avanzada.  La Oficina de Pastoral con la Juventud Católica continúa los esfuerzos para la  evangelización, seguros de que los jóvenes buscan profundizar su relación con Cristo y con su  comunidad. Por eso lanzamos los conciertos presenciales de verano el viernes 14 de mayo. Alrededor de 70 jóvenes se reunieron en la comunidad de Nuestra Señora de la Esperanza en San Bernardino para convivir, cantar, reflexionar y orar juntos. Dos sacerdotes acompañaron a los jóvenes en esta noche para ofrecer el Sacramento de la Reconciliación para todo aquel que lo deseaba recibir. 

 No estamos solos. Confiamos en el Espíritu Santo que nos acompaña en todos nuestros esfuerzos de evangelización. Nos animan las palabras del Papa Francisco: “Si has perdido el vigor interior, los sueños, el entusiasmo, la esperanza y la generosidad, ante ti se presenta Jesús como se presentó ante el hijo muerto de la viuda, y con toda su potencia de Resucitado el Señor te exhorta: «Joven, a ti te digo, ¡levántate!» (Lc 7,14).” Esperamos a todos los que puedan hacer algo por nuestra juventud seguros de que  ¡Nos basta el amor de Dios! 
*2020 Springtide, Belonging Study, Springtidereserch.org.


Edgardo Juarez es el director de la Oficina de Pastoral con Juventud Católica. Para más información de los próximos eventos juveniles síganos en Facebook y Instagram buscando @sbyoungcatholics.