Por Jose Antonio Medina

 La indulgencia plenaria es un don de sanación y perdón que Dios nos otorga a través de la Iglesia. Tiene como objetivo motivar a los fieles a vivir una vida en la que la gracia sobreabunde al pecado y que esto nos ayude a entrar a la vida eterna.

Los privilegios que obtenemos al cumplir las condiciones para obtener la indulgencia plenaria se pueden aplicar a otras personas que conocemos y que se nos han adelantado y también a personas que no conocemos como son las almas del purgatorio.

 Existen algunos privilegios para obtener la indulgencia plenaria en los dos días de las celebraciones de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos. Las condiciones para obtenerla son, visitar el cementerio y orar por los difuntos. También se puede obtener si en esos días se visita un oratorio o una iglesia para orar por los difuntos. Las condiciones que siempre se deben cumplir para obtener la indulgencia plenaria, además de las anteriores son: la Confesión sacramental, la participación de la Santa Misa y la oración por las intenciones del Papa. La Penitenciaria Apostólica que es la oficina del Vaticano que se encarga de parte del Papa de estudiar este tema ha extendido el tiempo para obtener la indulgencia plenaria a todo el mes de noviembre y además permite que los ancianos, los enfermos y todas las personas que no pueden acudir al cementerio o a una iglesia puedan obtenerla si cumplen las condiciones antes mencionadas. El documento también aclara que, si no se puede acceder a los sacramentos o a la confesión también se obtiene la indulgencia, siempre y cuando haya el compromiso de buscar los sacramentos en cuanto las circunstancias lo permitan. Evitar aglomeraciones en los cementerios y en las iglesias también es una razón pastoral que motivó esta extensión.

  La indulgencia plenaria puede ser aplicada, para nosotros, por nuestros familiares y amigos fallecidos o por las almas del purgatorio. La indulgencia plenaria nos anima a vivir en la gracia de Dios y a expulsar el mal y el pecado de acuerdo con el plan de Dios, nos acerca a nosotros y a los que amamos a la vida divina que no tiene fin.


El Dr. Jose Antonio Medina es el Director de la Oficina Diocesana de Formación Continua de Sacerdotes.