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Disfruta el silencio esta cuaresma

 

Queridos amigos, mientras estamos todavía disfrutando de los días frescos, estamos entrando otra vez en este tiempo bello de Cuaresma que nos ayuda a prepararnos para celebrar la Resurrección del Señor. Es otra oportunidad que la liturgia de la Iglesia nos presenta para retirarnos del ruido mundano en el que la vida nos envuelve cada día. Les cuento que durante el mes de Enero, tuve la fortuna de tomarme unos días con mi familia en una cabañita en las montañas, lejos de la ciudad y sin luz eléctrica ni señal de teléfono. Cada mañana después del desayuno salíamos a caminar por los cerros, disfrutando el paisaje y la naturaleza. Y por las tardes, al ponerse el sol, disfrutamos de esos colores de la tarde en las formaciones de nubes impresionantes. Y al anochecer, sentados alrededor de una fogata, mientras disfrutábamos de la compañía de cada uno, y una rica taza de té a la luz de las candelas, contemplábamos la inmensidad del universo y el espectáculo de las estrellas en el cielo. Cuando uno tiene la oportunidad de tener una experiencia como esta, se puede sentir que descansamos mejor y es más fácil sentir la presencia de Dios a nuestro alrededor. Es verdad que no todos pueden tener esta oportunidad de pasar unos días en las montañas, pero esta Cuaresma podría ser como una montaña que vamos escalando día por día en nuestra propia casa, y en nuestros quehaceres diarios, haciendo espacios de silencio para la oración reflexiva.


Esta Cuaresma, les invito a que traten de hacer momentos de silencio, alejados tal vez, de los lugares ruidosos y desconectados de sus teléfonos lo más posible. Y si tienen la oportunidad, salgan a contemplar la naturaleza en silencio y observen las estrellas. Creo que estos momentos son necesarios para todos nosotros para reenfocarnos y liberar nuestras mentes de experiencias tóxicas y de las vanaglorias mundanas. Es más fácil orar y reconectar con el Señor cuando estamos en reflexión silenciosa. Seamos pues intencionales esta Cuaresma para que esos momentos con Dios puedan ser posibles. Durante esos días en la montaña, mientras caminaba de un lado a otro, pude notar la belleza en la variedad de árboles y plantas, pájaros y otros animales; y es importante recordar que la naturaleza crece y se desarrolla en silencio, como si dijera, “esta es nuestra manera de glorificar a nuestro Creador y estamos agradecidos por estar aquí.” Es realmente refrescante sentir la presencia de Dios en el silencio de la naturaleza.


Con frecuencia, he escuchado a personas decir que, “a menos de que creamos que vale la pena hacer tiempo para la oración, no haremos oración en ningún tiempo.” Del mismo modo, si no guardamos silencio, no podremos orar. El libro bíblico de las Lamentaciones 3, 21-26 nos recuerda: Esto reflexiono en mi corazón, y por eso tengo esperanza. El amor de Yahvé no se ha terminado, ni se han agotado sus misericordias; se renuevan cada mañana. Sí, tu fidelidad es grande. Dice mi alma: Yahvé es mi parte, por eso en Él esperaré. Bueno es Yahvé para los que esperan en Él, para el alma que lo busca. Bueno es esperar en silencio la salvación de Yahvé.” Muchos santos tuvieron encuentros especiales con Dios en sus momentos de oración en silencio.
Este año estamos celebrando un Año Jubilar en la Iglesia Católica alrededor del mundo, y esto nos presenta otra oportunidad para contemplar, reenfocar y reconectarnos con Dios en la oración. El tema de este Jubileo es “Peregrinos de Esperanza.” Hemos asignado varias parroquias en cada Vicariato de la Diócesis como lugares de peregrinación para que todos tengan la oportunidad de visitar esta Cuaresma. Cuando vayan, se confiesan si es necesario, participan de la Misa, reciben la Sagrada Comunión, hacen un rato de adoración al Santísimo Sacramento y oran por las intenciones del Papa; de este modo podrán obtener la indulgencia plenaria y tener un encuentro especial con el Señor. Finalmente, sigamos orando unos por otros para que todos podamos experimentar la vida nueva de Cristo en la Resurrección.