Por Laura López 

Dar es lo que Dios es y hace. Ser un cristiano corresponsable es imitar con alegría la generosidad de Dios. La Corresponsabilidad no sólo toca el entendimiento, valores, creencias y convicciones, sino que hace una transformación total en la persona y la comunidad. La Corresponsabilidad es una conversión personal que comienza con la experiencia de Jesús Resucitado; es un estilo de vida en el cual optas caminar con Jesús en todas las áreas de tu vida; es reconocer que todo es regalo de Dios y que Él mismo nos llama a administrar de manera sabia y generosamente esos regalos. 

La espiritualidad de la Corresponsabilidad es una forma de vida en la que nos encontramos con Dios al relacionarnos con los demás y el mundo, compartiendo con gratitud todo lo que somos y tenemos –tiempo, talento y recursos-. Una vez que se empieza a vivir corresponsablemente con Dios no se puede dejar de hacerlo, porque la abundancia de la gracia, en todas las áreas de la vida, es evidente. La pregunta aquí sería: ¿Por qué si es un estilo de vida, tan bueno, muchos cristianos no lo practican intencionalmente, como lo dice El Papa Francisco? 

La Corresponsabilidad vivida en plenitud tiene como fruto la salud financiera, sin embargo, no se debe pensar en la Corresponsabilidad como un programa de recaudación de fondos, ya que no solo tiene que ver con el dinero, sino más bien con nuestra responsabilidad por la misión de la Iglesia. Los esfuerzos de nuestras parroquias y diócesis no se deben disipar en recaudar fondos, sino en formar discípulos responsables a su llamado bautismal. Por esta vital razón, la Corresponsabilidad debemos ubicarla más en nuestra misión evangelizadora que en la Oficina del Fondo de Desarrollo Diocesano. 

La cosecha de la Corresponsabilidad es abundante cuando es basada en tres dimensiones: La primera es la convicción de que Jesús es la vid y nosotros las ramas; necesitamos estar conectados a Dios en oración, acción y gratitud para dar mejores frutos. La segunda dimensión es la colaboración, la cual requiere del constante compartir de los talentos de todos en un trabajo de conjunto; y la tercera es el compromiso a ser un discípulo de Jesús, basado en una conversión de corazón, como alguien dijo una vez: Corresponsabilidad es lo que soy y hago después de decir “Creo en un solo Dios Todopoderoso...” 

No se pierda el siguiente artículo donde hablaremos de los cinco pasos prácticos de la Corresponsabilidad para lograr el bienestar financiero en su familia. 


  • Laura López es Coordinadora Pastoral de la Parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Indio.