Por el Padre Erik Esparza 

Cada Navidad nos ofrecen tantas oportunidades para reflexionar sobre el significado de la Navidad. ¿Que te ayuda a reflexionar sobre la Navidad? ¿Es cuando pones tus luces o árbol de Navidad? ¿Es a través de sus regalos para la familia, amigos, o para los más necesitados? ¿Es en la cocina donde se toma el tiempo para hornear sorpresas para que otros disfruten? ¿Es mientras usted es voluntario en un comedor para necesitados local para asegurar que todos tienen una comida caliente para comer? ¿Es en la celebración de la Misa de Navidad donde la familia de Dios se une? Donde quiera que estés y en lo que sea que hagas, tómense el tiempo para reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad.

 Una manera de reflexionar más profundamente sobre la Navidad es reunirse alrededor de un nacimiento. De hecho, yo los animo a pasar algún tiempo durante la temporada de Navidad con su propia escena de navidad en casa. Tome un momento para leer el capítulo dos del Evangelio de San Mateo y el Evangelio de San Lucas para escuchar una vez más la historia de la Navidad. Esto puede ser hecho en privado o reunido en oración con su familia. El tiempo de leer las escrituras y de reflexión orante le da un momento de quietud en medio del ajetreo de estos días para reflexionar sobre el gran don del amor, la encarnación. 

 Una parte de la historia de la Navidad que se me viene a la mente se encuentra en el Evangelio de San Lucas (2:7) cuando José y María al llegar a Belén, no pudieron encontrar ningún lugar para ellos en la Posada. En respuesta a esta falta de espacio para la Sagrada Familia, Jesús nace y se acostó en un pesebre. Hay un significado más profundo a esta parte de la historia además de ser simplemente que no hay lugar en el mesón. Ves, hay una invitación a considerar esta pregunta: ¿hay una parte de tu vida donde no hay lugar para Cristo? Podemos fácilmente ver la escena de la historia de la Navidad y comentar sobre lo horrible que fue que no se ofreció una habitación para la llegada del Rey recién nacido. El verdadero significado de la Navidad incluye haciendo espacio en nuestros corazones y nuestras vidas para recibir al Rey de Reyes y Señor de Señores. Hay una tentación de amar a Jesús, sin embargo, negamos su presencia en ciertos aspectos de nuestras vidas. Celebramos el amor de Jesús, sin embargo, negamos su ese amor a los demás. Estamos agradecidos por las bendiciones de Dios pero no compartimos esas bendiciones con otros. Tomamos la misericordia de Dios pero no ofrecemos la misma misericordia a los demás.

 Esta Navidad utilice tiempo para reflexionar sobre donde puede ser que no tenga lugar en su posada para Jesús. ¿Qué puerta necesita ser abierta o ¿en qué espacio necesita dar la bienvenida al Rey recién nacido? Jesús entra en el desorden de nuestras vidas al igual que esa primera Navidad para traer su presencia de luz y amor. No te pierdas esta presencia, que todos necesitamos más luz y amor en nuestras vidas.

   ¡Ahora salgan y sean testigos gozosos!

- Padre Erik Esparza es Director Asociado de la Oficina de Personal sacerdote en la Diócesis de San Bernardino.