RANCHO CUCAMONGA—“¡Es glorioso! Es como casarse de nuevo.

 Pero esta vez Juan Cruz no se puso en un anillo de bodas. En su lugar, se puso una estola sagrada y se convirtió en un diácono.

 Cruz fue uno de los siete hombres ordenados al diaconado de la Diócesis de San Bernardino por el Obispo Auxiliar Rutilio del Riego, el 21 de noviembre en la Iglesia del Sagrado Corazón en Rancho Cucamonga.

 Una multitud de 1,400 abarrotó la iglesia para ver a Cruz, Ayed Khader, Alfonso Martínez, Marcos Martínez, José Moorman, Guadalupe Ramírez y Armando Servín convertirse oficialmente diáconos permanentes.

 Su ordenación viene después de cuatro años de entrenamiento formal y, en muchos casos, años de búsqueda del alma.

 “Pasé alrededor de tres a cuatro años pensando en esto. Sentí un tirón, como que algo estaba allí “, explicó Marcos Martínez.

  Durante la formación, ese tirón espiritual necesita un empujón de diácono a sacerdote.

  Igualmente importante para el proceso eran las esposas de los hombres; Deborah Cruz, Dina Khader, María Elena Martínez, Emily Martínez, Mónica Moorman, María Ramírez y Yolanda Servin.      

Todas fueron reconocidas por haber dicho sí cuando sus maridos querían llegar a ser diáconos.

 “Me quedé muy sorprendida. Pero es una bendición “, dijo Emily Martínez.

 Deborah Cruz fue entusiasta desde el principio. “¡Vamos a hacerlo!”, recuerda haber dicho. “Siempre terminamos en un lugar bueno.”

 Ahora que el entrenamiento ha terminado, comienza el verdadero trabajo. Los diáconos pueden proclamar el Evangelio y dar homilías en la Misa, presidir sobre bautizos, bodas y funerales, y supervisar los actos de caridad tales como despensas de alimentos y refugios.

 “Los primeros diáconos fueron llamados a servir”, dijo el obispo Rutillo del Riego. “Para alcanzar y servir mejor a los que no estaban lo suficientemente bien servidos. Para esto fueron escogidos.”

 El Obispo del Riego llegó a decir que es un momento emocionante para unirse al diaconado.

 “Ustedes se están ordenado justo antes del Año Jubilar de la Misericordia en la que el Espíritu los inspirara y fortalecerá...”

 Los nuevos diáconos se enfocaran en los diferentes ministerios de acuerdo a sus intereses y las necesidades de la parroquia donde se les asignan.

 “Quiero ayudar a la gente enferma. Quiero consolarlos, orar con ellos. “, Dijo Ayed Khader.

 Marcos Martínez, quien es un sargento con el Departamento del Sheriff del Condado de San Bernardino se centrará en la justicia social.

 “En ayudar a aplicar la ley, he visto la oscuridad, quiero traer la luz”, dijo Martínez. “Hay una conexión entre servir a Dios y servir a la comunidad.”

 Este concepto fue repetido por colegas policiales que llegaron a apoyar a Martínez.

 “Ahora tiene dos papeles”, dijo el oficial del Sheriff del Condado de San Bernardino Enrique Sánchez. “Es un gran modelo a seguir. Estoy sin palabras.”

 El Obispo del Riego fue más allá, recordando a los nuevos diáconos que deben ser “los hombres sin reproche” y “discípulos en la fe.”

 “No es sólo lo que digo yo, pero lo que dice la Iglesia”, señaló Cruz.

 Su hija de trece años de edad, Mónica, también siente el peso del nuevo título de su papá.

 ice, “¡Tengo que ser una buena persona!”.

 Cruz servirá en la Parroquia de Santa Margarita María en Chino, Khader en la Parroquia de El Santo Nombre de Jesús en Redlands, Alfonso Martínez en la Parroquia San Bernardino en San Bernardino, Marcos Martínez en la Parroquia Inmaculada Concepción en Colton, Moorman en la Parroquia de San José en Barstow, Ramírez en la Parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmelo en Rancho Cucamonga y Servin en la Parroquia de Santa Catalina de Alejandría en Temecula.”