Por Paola y Mario Martinez
Nuestro amado Pastor, el Papa Francisco, se entregó por completo hasta el final, enseñándonos lo que significa la entrega total. Sus doce años de pontificado modelaron un profundo amor y respeto por la dignidad de la persona humana en todas las etapas de la vida y nos recordaron constantemente el amor y la misericordia de Dios, que se renuevan cada día, especialmente en el contexto del matrimonio y la vida familiar. Aunque nos encontramos en un momento de duelo, también somos invitados a recordar con alegría su vida, su legado y nuestros recuerdos especiales del Santo Padre.
Una de las mayores bendiciones de nuestra vida fue conocer de cerca al Papa Francisco el 18 de septiembre de 2019 en una de sus audiencias de los miércoles en la Plaza de San Pedro. Formamos parte de una delegación estadounidense que viajó a Roma en peregrinación para presentar las memorias y conclusiones del proceso de consulta del V Encuentro de Pastoral Hispana a diferentes oficinas de la Curia Romana y al Santo Padre. Como sabemos, una de las principales prioridades del V Encuentro fue el matrimonio y la vida familiar; un área que desde hacía tiempo había sido una prioridad para el Papa. En su Exhortación Apostólica «Amoris Laetitia», enfatizó que el matrimonio era un don de Dios, que el matrimonio era bueno y, de hecho, “un bien de extraordinario valor para todos,” no solo para los cónyuges y los hijos, sino también para las demás familias, la Iglesia y el mundo entero.
En esa audiencia papal tan especial, recibimos su bendición, que se extendió también a nuestras familias y a nuestra comunidad de fe en casa. Inmediatamente después de la audiencia, nos llevaron desde nuestros asientos hasta los escalones principales de la Basílica de San Pedro, donde nuestro grupo ansiosamente esperaba a que el Santo Padre se acercara. Estábamos muy emocionados y nerviosos a la vez. Al acercarse, su sonrisa cálida y su mirada llena de paz nos lleno el corazón de alegría.
Una de las primeras cosas que pudimos decirle fue: “¡Santo Padre, lo amamos!” Guardó silencio un par de segundos y luego nos preguntó: “¿Y oran por mí?,” a lo que todos respondimos con firmeza: “¡Sí!” Le dijimos que veníamos representando a los matrimonios, a lo que respondió: “El matrimonio… el matrimonio es la base de la sociedad, pero se ha relativizado; hoy en día se cambia de cónyuge como se cambia de camisa. Se trata de fidelidad.” Siempre recordaremos sus palabras. Concluyó su encuentro con nosotros como siempre lo ha hecho El Santo Padre: pidiéndonos que rezaramos por él.
En medio de nuestra tristeza por su partida, recordemos sus palabras de aliento a todos los matrimonios el 26 de diciembre de 2021, en la Fiesta de la Sagrada Familia: “Que San José inspire en todas las familias la valentía creativa, tan necesaria en este cambio de época que estamos viviendo, y Nuestra Señora acompañe en sus matrimonios la gestación de la “cultura del encuentro,” tan urgente para superar las adversidades y oposiciones que oscurecen nuestro tiempo. Los numerosos desafíos no pueden robar el gozo de quienes saben que están caminando con el Señor. Vivan intensamente su vocación. No dejen que un semblante triste transforme sus rostros. Su cónyuge necesita de su sonrisa. Sus hijos necesitan de sus miradas que los alienten. Los pastores y las otras familias necesitan de su presencia y alegría: ¡la alegría que viene del Señor!”
Te extrañaremos mucho, Santo Padre, y continuaremos orando de corazón por el eterno descanso de tu alma.
Paola es la actual Directora y Mario es el ex Director del Ministerio de Matrimonio y Vida Familiar.