Una Entrevista con Marina Carrión Directora de la Oficina de la Renovación Carismática en la Diócesis de San Bernardino

 El 7 de diciembre del 2020 Marina Carrion, Directora de la Oficina de la Renovación Carismática compartió con nosotros las bendiciones, los retos y los aprendizajes de hacer el ministerio virtualmente durante este tiempo de pandemia. A continuación, está la entrevista:

 ¿Como describiría la experiencia de ofrecer ministerio virtualmente, comparado con las reuniones en persona que su ministerio siempre había ofrecido antes?

 Yo describiría esta experiencia virtual como algo muy positivo que nunca imagine pudiera llegar a ser tan efectiva; siempre tuve mis reservas en cuanto a hacer ministerio virtual porque, en la espiritualidad de renovación carismática el mensaje de fe que se comparte, los momentos de oración que se viven, los testimonios que se dan llegan acompañados de gestos, contacto, cercanía, expresiones etc.

 Es toda una comunicación cercana de irradiación que acompaña la palabra que se comparte. Aun los talleres de formación, siempre acostumbramos a darlos en persona porque la alegría de encontrarse y el compartimento cercano crea comunidad, hace familia en la fe y esto es muy propio de Renovación Carismática.

 Al vernos obligados por las circunstancias a abrir el servicio virtual, nos hemos llevado la sorpresa de experimentar como la acción del Espíritu Santo, se hace sentir en los corazones de la comunidad necesitada de oración, necesitada de mensajes que alienten su fe y les despierten esperanza.

 Con gran asombro hemos visto que aun en medio de las limitaciones por la inexperiencia del uso de la tecnología todos hemos entrado en el proceso y aunque la mayoría de los miembros de los grupos de oración al inicio manifestaron que no podrían participar poco a poco fueron conectándose ayudados por sus hijos y han ido aprendiendo cada vez un poco más, de tal manera que semanalmente ha ido creciendo la asistencia todos los miércoles por la noche llegando a ser mayor que cuando nos reuníamos en persona.

 ¿Cuáles han sido algunos de los retos de hacer el ministerio virtualmente?

 Algunos de los retos que hemos enfrentado ha sido el alcance a todos los miembros de los grupos de oración, anteriormente, el contacto era con los coordinadores de grupos y con la ayuda de voluntarios se podía visitar los grupos y alcanzar al pueblo que llegaba a los distintos grupos, al suceder todo tan rápido, muchos coordinadores perdieron contacto con todo el pueblo y quedó solo el contacto con los servidores más constantes de los grupos, así que ha sido todo un desafío poder hacer la promoción a todas las personas de antes; el no contar con la facilidad de acoger voluntarios como lo hacíamos antes en la oficina para hacer llamadas personalizadas nos ha hecho avanzar lentamente, y hemos tenido que crear nuevas maneras de alcance; renovación carismática no puede perder el contacto personal, el pastoreo cercano aunque invitemos por Facebook o por otros medios en la web aun; es necesario la motivación cercana para lograr que las personas se conecten a las diferentes actividades y mantener la asistencia semanal.

 Por la situación difícil, el contacto personalizado especialmente en este tiempo es indispensable, las personas están necesitadas de escucha, de compartir lo que les sucede, lo que están viviendo, sus miedos, sus quebrantos y eso es todo un desafío para nosotros en la oficina ya que no contamos con personal que pueda hacerlo, esto nos requiere un trabajo, un servicio más lento, pero, aun así Dios ha bendecido nuestro esfuerzo.

 El otro desafío es el aspecto financiero, antes las actividades abiertas tenían la posibilidad de generar una ofrenda que ayudaba a mantener nuestros programas de evangelización y si eran formativos, había una inscripción que generaba una ofrenda ahora es todo un reto lograr que las personas se registren a los talleres y actividades, que llenen las formas de inscripción y que hagan en línea una ofrenda, así que para no perder el contacto y la asistencia nos enfocamos en buscarles y tratar de facilitarles la participación aunque no den una ofrenda.

 ¿Cuáles han sido algunas de las bendiciones?

 Hemos recibido grandes bendiciones al hacer el ministerio virtual; una de ellas es que, sin ser el objetivo hemos logrado; unir a las familias, esta unión ha sido interesante; ya que muchos miembros de la renovación aquí en nuestra Diócesis comparten el link a sus familiares en distintas partes donde se encuentran y de donde proceden, como México, Centro América, Sur América y aquí mismo en diferentes estados de estados unidos; eso ha dado como resultado que muchas familias están más en contacto con los suyos, comparten los mensajes y nos hacen llegar las bendiciones que tanto los de acá, como los de sus países de origen reciben por esa razón, la audiencia en vivo es numerosa pero, luego los programas siguen siendo vistos por todos aquellos que en donde se encuentran deciden unirse a vivir nuestra programación en diferido.

 Otra de las bendiciones importantísimas es el llegar a los enfermos y a las personas que no podían asistir a las actividades, desde antes de la pandemia teníamos un buen número de hermanos de áreas lejanas como Coachella, Blythe, Barstow, y Hemet por mencionar algunos que, por diversas razones de salud ya no podían participar de actividades en vivo debido a la distancia y ahora, felices se conectan y nos piden que, aunque todo vuelva a la normalidad, no dejemos de transmitir de manera virtual, que ellos habían esperado por años algo así.

 Por otro lado, también hemos podido brindar aliento y consuelo a los que sufren por el Covid, semanalmente son más los enfermos que se unen y se conectan solicitando oración, este programa virtual les ha permitido experimentar cercanía, acompañamiento, ser alentados en su Fe y a la vez vivir el gozo de la alegría que producen las asambleas carismáticas.

 Otra de las bendiciones es el alcance tan grande, podría decirse, un alcance ilimitado que se tiene para llegar a muchísimas personas con un mensaje de salvación desde nuestra diócesis de San Bernardino, hasta los confines de la tierra. Definitivamente, la plataforma virtual es una herramienta eficaz y necesaria para la evangelización de este tiempo.

 ¿Como ha sido el nivel de participación? ¿Cuántas personas asisten a sus sesiones semanales?

 El nivel de participación ha sido excelente. En la asamblea semanal en vivo que teníamos todos los miércoles asiduamente participaban entre doscientas a 300 personas; en noches especiales asistían unas quinientas personas aproximadamente, proveniente de los seis vicariatos de nuestra diócesis.  Ahora, con las asambleas virtuales estamos manteniendo una asistencia de 2500 a 5000 mil personas cada noche en vivo.  La gran mayoría son de los grupos de oración, pueblo en general y hermanos de otros ministerios parroquiales de los diferentes vicariatos de nuestra diócesis de San Bernardino mas todos los familiares de estos en distintas partes donde se encuentran.

 ¿Que han aprendido usted y otros compañeros en el ministerio al hacer ministerio virtualmente?

 Hemos aprendido que el servicio virtual es una buena y eficaz herramienta para la evangelización que, el Espíritu Santo actúa de manera poderosa e impredecible.

 No hay impedimento para continuar la evangelización. Esto nos llena de confianza, hemos aprendido la gracia del abandono, pues esta obra es de Dios. Son muchos los testimonios que nos llegan de sanaciones, de reconciliaciones familiares, de conversiones de hermanos que por muchos años han vivido lejos de Dios y a través de un momento de oración, o de una palabra que se ha proclamado, Dios ha hecho su obra. Las personas envían sus peticiones de oración por sus distintas necesidades, muchas son públicas en los comentarios del canal de YouTube, otras llegan por medio de mensajes; de manera que les estamos acompañando a través de este servicio virtual.

 Todo esto nos hace considerar que seguiremos adelante ofreciendo este servicio virtual aun y cuando todo se normalice, este medio abre puertas y oportunidades también para llegar a los no evangelizados.

 Yo motivo a todos los ministerios para vivir la experiencia del servicio virtual, todo es ganancia, nada se pierde y por este medio podemos llegar ahora con el avance de la tecnología, a hacer realidad el mandato de Jesús cuando dijo: ¡Hasta los confines de la tierra!

 ¿Dónde puede ir una persona que le gustaría informarse y/o participar en sus eventos virtuales?

 Nos pueden encontrar principalmente en nuestra página de Facebook: RCCH diócesis de San Bernardino. Nuestros eventos y actividades de evangelización son para todos los grupos de oración, pero abiertos también para quien quiera vivir una experiencia de Dios.

 ¿Hay algo más que quisiera compartir sobre el ministerio virtual?

 En este tiempo difícil que estamos pasando entre luchas y grandes desafíos; miro con esperanza al futuro mientras pienso que, cosas buenas están pasando a nuestro alrededor en medio del dolor y de la incertidumbre; familias han vuelto a orar unidas, el hombre está más consciente de su fragilidad y su necesidad de depender de Dios para salir adelante y enfrentar con fe las situaciones que repentinamente surgen en su vida.

 Creo firmemente que, éste es un tiempo propicio para la catequesis en casa, para el surgimiento de la pequeña Iglesia doméstica y en este aspecto la tecnología puede ser una buena aleada, está de nuestra parte y a nuestro favor.

 Los servicios de evangelización virtual están llegando a todos, jóvenes, adultos, matrimonios, familia en general por lo cual; esperamos un tiempo de resurrección en la fe. Como dice el cántico de Zacarias: “Por la entrañable misericordia del Señor nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de paz.”

 Un saludo fraterno y mis oraciones por todo el pueblo de Dios.